Reconocer la situación de violencia que vive El Salvador, ha llevado a Misión Elim, a destinar espacios de ayuno y oración por el cese de la violencia.

“El fenómeno de la violencia social afecta a este país como un cáncer en su estómago, y su avance es veloz”, expresó Robert Valent, representante del Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) en El Salvador.

Diferentes organismos internacionales están siguiendo de cerca la problemática de violencia en El Salvador. Por ello, la Iglesia Evangélica, no puede continuar en su letargo, viendo con indiferencia los asesinatos de jóvenes, mujeres y niños.

El fenómeno de la violencia es complejo y se vuelve un reto el poder trabajar, unir esfuerzos por erradicarla, sobre todo cuando el Estado salvadoreño habla de 60 mil pandilleros y de una estructura humana de 360 mil personas que de una manera u otra están vinculadas a grupos de pandillas.

Por ello, Misión Elim, continúa con sus peticiones de oración, para que Dios proteja a niños y jóvenes en riesgo de caer en la violencia y que éstos sean salvados.

El sábado 15 de febrero se realizó la jornada 51 de Oración por la paz.