Una discusión honesta debe basarse en evidencias que puedan ser demostradas en base a la razón. Lamentablemente, muchas personas se aferran a puntos de vista que no poseen fundamentos y que, en consecuencia, no pueden ser defendidos por su lógica ni por evidencias.
El fanatismo ha estado presente en todas las épocas, pero ha tomado diferentes formas según el contexto histórico. En la era digital su alcance y poder han aumentado exponencialmente.
Siempre hay personas que creen tener la verdad absoluta y están dispuestos a imponerla a los demás sin importar el costo. A eso es a lo que se le llama fanatismo y es una de las fuerzas más antiguas y destructivas de la historia humana.