La palabra «oikos», que aparece en el Nuevo Testamento griego, puede traducirse primariamente como «casa», pero también como «familia».
Quienes dieron muerte a los profetas lo hicieron bajo la convicción de que hacían lo correcto. En muchos casos les pareció tener razones para justificar su crimen.
Identificar las necesidades de las personas y satisfacerlas es una manera muy efectiva de alcanzar a otras personas para Jesús.