Lección de célula de adultos para sábado 12 de diciembre
Sábado 12 de diciembre de 2020
El principio de la sabiduría
LECTURA: Proverbios 9:7-12 RVC
7 Corrige al blasfemo y recibirás afrentas; reprende al impío y te ganarás insultos. 8 No reprendas al blasfemo, y no te aborrecerá; corrige al sabio, y te amará. 9 Dale al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. 10 El principio de la sabiduría es el temor del Señor; el conocimiento de lo santo es inteligencia. 11 Yo haré que vivas mucho tiempo; ¡te daré muchos años de vida! 12 Si te haces sabio, el provecho es tuyo; si te vuelves blasfemo, sufrirás las consecuencias.
VERDAD CENTRAL: Quien teme al Señor alcanzará la sabiduría y muchos años de vida.
INTRODUCCIÓN
El libro de Proverbios pertenece al genero sapiencial, es decir, su contenido gira alrededor del tema de la sabiduría. Proverbios contiene varias colecciones de dichos que hablan sobre asuntos diversos para instruir sobre lo correcto. Uno de los temas más repetidos es el de la instrucción. Los versículos que ahora consideramos presentan los resultados que se obtienen al tratar de enseñar a los necios y, después, a los sabios. Las consecuencias son muy distintas y de eso se desprende el valor de la sabiduría y su base. El temor al Señor es la fuente de la auténtica sabiduría. Hay grandes recompensas para quien desea tomar el camino de la sabiduría, no solamente recompensas para la vida presente sino también la futura.
CUERPO
1- Enseñando a los malos. Los proverbios que hoy consideramos hablan, en primer lugar, de lo que ocurre cuando se trata de instruir y aconsejar a las personas malas. En los versículos 7 y 8 esas personas reciben los nombres de blasfemos e impíos. Y se enseña que lo que se ganará con tratar de instruirlos serán ofensas y aborrecimiento: «Corrige al blasfemo y recibirás afrentas; reprende al impío y te ganarás insultos. No reprendas al blasfemo, y no te aborrecerá; corrige al sabio, y te amará» (v. 7-8). No puede esperarse otra reacción de los que no temen a Dios. Si estas personas no respetan a Dios menos respetarán a quienes intenten corregirlos. Quien emprende esa tarea, debe saber con anticipación los resultados que obtendrá. Eso debe hacernos preguntar: ¿vale la pena tratar de corregir a los malos? Algunos piensan que no debe hacerse porque de todas maneras ellos terminarán insultando y no cambiarán. En cambio, hay quienes piensan lo contrario: aunque ofendan, siempre hay que corregirlos para que no tengan excusa para el día final. Cada cual debe decidir lo que hará frente a ellos.
2- El principio de la sabiduría. Mientras los malos ofenden a quienes tratan de enseñarles, los sabios los aman y, así, llegan a ser más sabios (v. 9). Ellos son más dóciles porque tienen temor de Dios. Eso dice el proverbio: «El principio de la sabiduría es el temor del Señor; el conocimiento de lo santo es inteligencia» (v. 10). Esto significa que la sabiduría comienza con temer al Señor. Quien rechaza a Dios y se niega a seguir sus recomendaciones no podrá tener sabiduría. Es diferente la inteligencia de la sabiduría. Una persona puede ser inteligente pero no sabia y, al contrario, una persona puede no ser inteligente pero sí sabia. La sabiduría es la manera provechosa y correcta en que se usa lo aprendido y se vive la vida y, eso, solo puede lograrse cuando hay temor del Señor. La frase «temor del Señor» se usa para expresar el respeto y la reverencia sana que se debe tener ante él. Quienes son así de humildes ante el Señor, lo serán también ante quienes tienen una enseñanza o instrucción. Así, la persona aprende y cada día es más sabia. Su temor del Señor le sirvió como base y punto de partida para alcanzar la sabiduría.
3- Las recompensas de la sabiduría. Al final del pasaje que consideramos, la misma sabiduría cobra personalidad y toma la palabra para decirnos: «Yo haré que vivas mucho tiempo; ¡te daré muchos años de vida! Si te haces sabio, el provecho es tuyo; si te vuelves blasfemo, sufrirás las consecuencias» (v. 11-12). Mientras los blasfemos nunca pasarán de sus ofensas y sin sentidos, los sabios recibirán muchos años de vida. Las personas sabias siempre llegan a una buena vejez, precisamente porque la sabiduría les enseña a ser comedidos y prudentes. La sabiduría aprovecha a quien la posee. En cambio, el blasfemo tendrá que sufrir las consecuencias de su propia locura. Las personas sabias nunca se arrepentirán de serlo, pero los blasfemos todo el tiempo lamentarán su falta de juicio.
APLICACIÓN
El principio de la sabiduría es el temor del Señor. Todo comienza con tener temor de Dios. Esto es algo que debería aprenderse desde la primera infancia. Lastimosamente, muchas personas deben llegar a adultos o a ancianos para comprender esa realidad. Pero, con Dios nunca es tarde. Siempre se puede comenzar de nuevo. Siempre se puede comenzar a adquirir sabiduría, nunca es tarde para eso. El primer paso es reconocer que sin Dios solo podemos cometer errores y pecados. Pero, la sangre de Cristo puede perdonar todo pecado. La manera de recibir perdón es tomando la decisión de hacer de Jesús el amo de nuestras vidas y decidir comenzar a vivir de acuerdo con su voluntad. Un arrepentimiento sincero es la base de todo. Ese es el primer paso para adquirir la sabiduría, la cual, podemos ir cultivando cada día.