Lección de célula de adultos para sábado 19 de diciembre
Sábado 19 de diciembre de 2020
Los que confían en el Señor
LECTURA: Isaías 40:27-31 RVC
27 Tú, Jacob, ¿por qué dices que tu camino está oculto para el Señor? ¿Por qué, Israel, alegas que Dios pasa por alto tu derecho? 28 ¿Acaso no sabes, ni nunca oíste decir, que el Señor es el Dios eterno y que él creó los confines de la tierra? El Señor no desfallece, ni se fatiga con cansancio; ¡no hay quien alcance a comprender su entendimiento! 29 El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece. 30 Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; 31 pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan.
VERDAD CENTRAL: Antes de responder a las inquietudes de su pueblo Dios desea ensanchar su fe.
INTRODUCCIÓN
El pasaje de hoy corresponde a un momento histórico importante para el pueblo de Dios que se encontraba en el cautiverio. El imperio babilónico estaba siendo derrotado para ser sustituido por el imperio persa. Muchos se preguntaban si eso podía representar algún cambio importante para ellos como pueblo cautivo. Pero, a pesar de su expectativa, no había una palabra directa como ellos deseaban. Su fe les indicaba que Dios es el soberano de todas las cosas, incluyendo la historia universal. No tenían dudas de que el desarrollo de todos los acontecimientos estaba en las manos de Dios, pero lamentablemente, parecía que a Dios no le preocupaban las cosas que eran importantes para ellos. En esa incertidumbre, el Señor habló por su profeta para llenarles de ánimo y esperanza.
CUERPO
1- Dios no olvida a su pueblo. El cautiverio es una condición muy penosa que solamente quien lo ha vivido la puede comprender. En esa situación, los ánimos decaen y la esperanza se debilita. Por eso, se puede comprender el por qué el pueblo se sentía olvidado de parte de su Dios. Pero, eso, solamente era una percepción humana. Lo cierto es que el Señor siempre estaba al tanto de ellos: «Tú, Jacob, ¿por qué dices que tu camino está oculto para el Señor? ¿Por qué, Israel, alegas que Dios pasa por alto tu derecho?» (v. 27). Dios no había olvidado a su pueblo y tampoco desconocía las dificultades que vivían. En realidad, su pueblo es el centro de sus planes y de la historia. Si Dios no habla a cada instante a sus hijos es porque la relación con ellos es en base a la fe. El pueblo de Dios debe caminar por la fe y no por la vista. A pesar de que no se puedan ver las cosas como se quisieran, lo cierto es que el Señor tiene todo bajo control y está dirigiendo las cosas para el bien de los suyos.
2- El entendimiento del Señor. Cuando una persona se pregunta por qué Dios no responde a sus inquietudes, es porque tiene dificultades para reconocer la grandeza del Señor. La sabiduría de Dios es mucho mayor que la del hombre y, por tanto, no hay manera de corregir lo que hace. Por eso el Señor declara: «¿Acaso no sabes, ni nunca oíste decir, que el Señor es el Dios eterno y que él creó los confines de la tierra? El Señor no desfallece, ni se fatiga con cansancio; ¡no hay quien alcance a comprender su entendimiento!» (v. 28). En primer lugar, Dios es eterno. Él conoce todas las cosas porque es antes de todas las cosas y vivirá por siempre. En segundo lugar, Dios creó todo lo que existe. Su poder hizo posible que la tierra y todo lo que contiene llegara a ser. En tercer lugar, Dios nunca se cansa. Él permanece constante en las cosas que emprende. No dejará de lado a su pueblo porque su poder no disminuye. Es el hombre quien no alcanza a comprender su entendimiento, pero la sabiduría del Señor es para siempre.
3- Los que confían en el Señor tendrán fuerzas. Lo que el pueblo más deseaba era recobrar su libertad y volver a su tierra. Pero, Dios deseaba que antes de alcanzar su libertad pudieran fortalecerse en la fe. La fe crece solo cuando las personas aprenden a esperar en el Señor. Cuando la confianza se pone en Dios, el ser humano recibe nuevas fuerzas: «El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece. Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan» (v. 29-31).
APLICACIÓN
La fe es la base sobre la cual el ser humano se puede relacionar con Dios. Mientras las personas piden evidencias de la obra de Dios, él espera que haya confianza en que él tiene el control de todas las cosas. Esa fe puede renovar las fuerzas físicas y espirituales de viejos y jóvenes. Aunque algunos de ellos tropiecen y caigan, el Señor le dará fuerzas a quienes confían en él. Antes de que el ser humano pueda ver resueltas sus dificultades, el Señor desea ensanchar su fe. Esa fe que comienza con creer en Jesús, pero que luego crece hasta llegar a la gloria eterna. Hoy es el mejor momento para iniciar ese camino de salvación.