Lección de célula de adultos para sábado 23 de enero
Sábado 23 de enero de 2021
Un solo nombre dado a los hombres
LECTURA: Hechos 4:11-12
11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
VERDAD CENTRAL: Solo el de Jesús es el nombre en que podemos encontrar salvación.
INTRODUCCIÓN
Los apóstoles Pedro y Juan se encontraron con un hombre que pedía dinero a la entrada del templo. Sin tener monedas para darle, Pedro fue guiado a darle algo mejor: la salud en el nombre de Jesús. El hombre sanado era muy conocido y pronto las personas se reunieron para saber lo que había pasado. Los apóstoles aprovecharon la situación para anunciar el evangelio de Jesús. Pero las autoridades religiosas los capturaron y los interrogaron sobre lo que habían hecho. Pedro aprovechó la ocasión para hacerles una presentación breve de las buenas nuevas. En ella les expresó que, al mismo Jesús, a quienes ellos habían crucificado, Dios lo había levantado de entre los muertos. La resurrección confirmaba el lugar único que Jesús ocupaba en el plan de redención. De eso trata la lección de hoy, de cómo Jesús ha llegado a ser el único nombre en que el ser humano puede encontrar esperanza.
CUERPO
1- La piedra del ángulo. En su defensa frente al concilio, el apóstol Pedro los acusó de haber dado muerte al Señor Jesús, pero Dios le había vindicado al resucitarle de los muertos. Esa afirmación la respaldó citando las palabras del Salmo 118:22 pero aplicándolas a Jesús: «Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo» (v. 11). En el siglo primero los edificios grandes eran construidos con piedras labradas. Eran estructuras muy pesadas que debían tener mucha estabilidad. La piedra que ocuparía el lugar de cabeza del ángulo debía ser bien seleccionada por su solidez y acabado. Se le llamaba cabeza del ángulo porque era la piedra que se colocaba en el ángulo formado por dos paredes. A la base de esa esquina debía colocarse una piedra muy sólida porque sostendría el peso del empalme de las paredes. Los constructores debían usar toda su experiencia para seleccionar adecuadamente esa piedra del ángulo. Las piedras que no cumplían con la norma debían ser descartadas. En este caso, los expertos eran los maestros de la ley. Pero el problema era que habían descartado a quien Dios eligió. Ellos desecharon a Jesús y lo enviaron a la cruz. Pero, Dios lo hizo ser cabeza del ángulo al resucitarlo. En todos los tiempos el ser humano ha demostrado no tener un discernimiento espiritual adecuado. A lo bueno lo llama malo y a lo malo bueno. Los religiosos vieron a Jesús como una persona liberal, amiga de pecadores y que no seguía las normas del judaísmo. Pero, él era la plena expresión de la voluntad de Dios. Era el salvador que abrió un nuevo camino de reconciliación con Dios. Él es la piedra del ángulo sobre la que es edificada la iglesia. Toda la fe y la esperanza de los creyentes se basan en la piedra sólida que Dios eligió. No importa que los hombres con su criterio limitado lo hayan desechado, Dios le ha dado el lugar de honor. También debe tenerlo en nuestros corazones.
2- En nadie más hay salvación. Al darle muerte, los líderes de Jerusalén «reprobaron» a Jesús, pero al resucitar llegó a convertirse en el cimiento principal del nuevo edificio de Dios. En la estructura del plan salvífico de Dios Jesús es la piedra del ángulo, el elemento principal, tal como Pedro lo reafirma claramente: «Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (v. 12). De una manera muy natural Pedro pasa del tema de la sanación del hombre (por el que estaban siendo juzgados) al de la salvación. La razón de eso es porque la salvación significa la liberación de una persona de todo tipo de mal, ya sea físico, político, moral, escatológico o catastrófico, y la restauración a una condición de bienestar. Desde esa comprensión de la Biblia de lo que es la salvación Pedro solamente estaba pasando de lo particular a lo general. Veía la curación física del hombre como una expresión visible de la salvación que se ofrece a todos en Cristo. Su muerte y resurrección, su exaltación y su autoridad hacen de él el único salvador, ya que nadie más puede reunir esas cualidades. Pedro es bien claro en esto pues usa una doble negación al decir «en ningún otro», y luego «no hay otro nombre». Es una proclamación definitiva del carácter positivo y único del nombre de Jesús.
APLICACIÓN
Dado de que solamente Jesús murió, resucitó y fue exaltado es que podemos entender que no es posible que haya salvación en ninguna otra persona. A pesar de que hubo patriarcas, profetas y muchos hombres y mujeres que vivieron en santidad, Jesús es el único nombre que debemos invocar. Nadie más entregó su vida para revelarnos a Dios. La manera en que se puede alcanzar esa salvación es por medio de un arrepentimiento sincero en el que se reconoce haber fallado a Dios. Al creer en Jesús como camino al Padre, se alcanza el perdón y la salvación.