Lección de células de adultos para sábado 24 de abril
El segundo desierto de Abraham
LECTURA: Génesis 22:1-6 NVI
1 Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: —¡Abraham! —Aquí estoy —respondió. 2 Y Dios le ordenó: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré. 3 Abraham se levantó de madrugada y ensilló su asno. También cortó leña para el holocausto y, junto con dos de sus criados y su hijo Isaac, se encaminó hacia el lugar que Dios le había indicado. 4 Al tercer día, Abraham alzó los ojos y a lo lejos vio el lugar. 5 Entonces les dijo a sus criados: —Quédense aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a ustedes. 6 Abraham tomó la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; él, por su parte, cargó con el fuego y el cuchillo. Y los dos siguieron caminando juntos.
VERDAD CENTRAL: En los desiertos Dios prueba nuestras prioridades y nuestra fe.
INTRODUCCIÓN
Dios puso a prueba de nuevo la confianza de Abraham de la manera más inesperada. El Señor utilizó a Abraham para mostrar el ejemplo más grande de su amor. El diálogo entre Dios y Abraham en Génesis 22:1-2 fue el inicio de quizás la prueba más dura en la vida del patriarca. Abraham había esperado muchos años por el nacimiento de Isaac, además, Dios le había prometido a Abraham que sería el padre de muchas naciones a través de Isaac. La orden de sacrificar a Isaac parecía contradecir esas promesas. Esto debió haber sido confuso para Abraham. Podía parecer que Dios estaba retractándose de sus promesas. En lugar de continuar su familia a través de Isaac, Dios había pedido que lo sacrificara. Pero las prioridades de Abraham no lo llevaron a renunciar a su fidelidad a Dios, por el contrario, éstas estaban alineadas con los planes de Dios.
CUERPO:
1- La prueba de la obediencia. Prueba, en el pensamiento bíblico, es una demanda o una experiencia que Dios asigna al creyente con el propósito de fortalecer y madurar su fe. El objeto de la prueba es claramente identificado: «Tu hijo, a tu único, a Isaac a quien amas» (v. 2). Recordemos que Isaac, nacido «fuera de tiempo», era el único medio para la descendencia de Abraham. Ismael ya se había ido. El acto de la prueba era ofrecer a Isaac en holocausto, lo que terminaría con la vida de Isaac y con la descendencia de Abraham. El lugar del sacrificio quedaba a tres días de viaje de Beerseba, aunque Dios no había especificado exactamente el lugar. Todo esto demandaba la obediencia incondicional de Abraham, quien respondió sin poner excusas o pedir más explicaciones. En los desiertos de la vida las personas pueden parcializar su obediencia a Dios, Abraham es un caso de obediencia absoluta.
2- Las prioridades de Abraham en su nuevo desierto. Al observar la respuesta de Abraham a la petición de Dios notamos los siguientes elementos: Primero, se levanta muy de mañana (v. 3), indicando la prioridad del pedido de Dios. Segundo, hace todos los preparativos para el viaje: el asno para la carga, dos de sus siervos jóvenes como ayudantes, y a Isaac su hijo. Tercero, Abraham lleva los elementos necesarios para ejecutar el holocausto (leña, fuego, cuchillo). Finalmente, llega al lugar indicado. El último tramo hasta el monte Moria lo hacen Abraham e Isaac solos. La indicación dada a los siervos fue sencillamente: «seguiremos… adoraremos y volveremos a ustedes» (v. 5). Abraham cargó con los elementos más peligrosos: cuchillo y fuego para el sacrificio, y dio a Isaac la leña. No se nos dice la edad de Isaac, pero era capaz de cargar la leña y mentalmente alerta para preguntar al padre por el cordero para el holocausto. Este diálogo es uno de los más conmovedores y la respuesta «Dios mismo proveerá» (v. 8), lejos de ser una mentira piadosa, demuestra la dependencia de Abraham en Dios en ese momento crucial. El depender de Dios cuando no existen garantías saca a luz las verdaderas prioridades de cada cual.
3- La respuesta de Dios en el silencio. Abraham había completado todos los pasos para ofrecer a Isaac en sacrificio. El último acto era el de degollar a Isaac, con lo cual, se dedicaba esa vida a Dios. Sin embargo, la respuesta llegó de manera oportuna. La respuesta de Abraham, «heme aquí» (v. 11), es la apropiada para el hombre de fe cuando reconoce la voz del Señor. Dios quedó satisfecho, por lo que no había necesidad de seguir con la prueba hasta el final debido a que Dios reconoció el temor de Abraham. El temor es la actitud propia y correcta del hombre hacia Dios. Implica reverencia, dar a Dios el lugar prioritario en todo, sumisión total a Dios y es la actitud que guía a uno a no desobedecer u ofender a Dios en nada.
APLICACIÓN
El éxito de la prueba superada de Abraham en la soledad desde Berseba hasta Moria, fue su temor y obediencia incondicional a Dios. Los pasos que tomó confirman la obediencia exacta, voluntaria y persistente de Abraham. Detrás de esa obediencia estaba la fidelidad y el amor hacia su Dios. ¿Ante cualquier solicitud de Dios, él seguiría siendo su prioridad?