Lección de células de adultos para sábado 31 de julio

Sábado 31 de julio de 2021

El amigo inoportuno

LECTURA: Lucas 11:5-9

5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

VERDAD CENTRAL: Cuando las personas no guardan los formalismos es porque tienen una verdadera necesidad.

INTRODUCCIÓN

Los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. A través del padrenuestro les explicó el orden y el contenido que la oración debe tener. Pero faltaba un aspecto importante: la pasión. Para enseñarles de ese tema les relató la parábola que hoy corresponde considerar. En esta historia el tema central es el de la hospitalidad, la cual, era un valor supremo en la cultura del mundo bíblico. El tema no era tanto que en esa época no hubiera hoteles, en realidad se trataba de un asunto cultural pues las personas veían la hospitalidad como una obligación hacia todos. La hospitalidad tenía características morales, de manera que ser hospitalario se consideraba una expresión de piedad personal. Eso la hacía obligatoria para las personas de bien. Eso fue lo provocó que el cristianismo tomara la hospitalidad como una muestra de espiritualidad. Ser un cristiano auténtico implicaba ser hospedador.

CUERPO

1 – La necesidad. La historia comienza con un hombre que recibe una visita inesperada: «¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante?» (v. 5-6). Se trata de un hombre que recibió la visita de su amigo a la medianoche. No se menciona la razón por la que el visitante llegó tan tarde, en una época cuando las personas no acostumbraban a viajar de noche. El hecho es que era ya tarde cuando llegó. El hombre no tenía cómo atender al visitante con lo que su compromiso con la hospitalidad se veía comprometido. No teniendo qué darle de comer decidió ir donde su vecino para pedirle prestados tres panes. La medianoche tampoco era un buen momento para molestar a su vecino, pero la necesidad de quedar bien con el visitante era mayor que la pena de incomodar a su vecino.

2 – La comprensión del vecino. La medianoche no era buen momento para visitar a nadie, pero cuando el vecino escuchó que llamaban a su puerta supo que se trataba de una verdadera necesidad. Él no respondió: «No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos» (v. 7). Esas razones eran verdaderas y suficientes para explicar por qué no le podía dar los panes, pero teniendo en cuenta la importunidad de su vecino entendió que se trataba de una verdadera necesidad. Por eso el Señor añadió: «Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite» (v. 8). Ante una verdadera necesidad el vecino no se negó a concederle lo solicitado.

3 – Invitados a orar y pedir. Después de terminar su parábola el Señor extrajo la moraleja: «Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá» (v. 9). Si el vecino le prestó los panes solo porque entendió que era una verdadera necesidad ¿cuánto más Dios no responderá a quienes esperan en él en sus necesidades? El tener una necesidad grande mueve a las personas a ser inoportunas. Esa importunidad es el signo de una petición urgente. Por ello, Jesús animó a sus discípulos a pedir, buscar y llamar. Cuando una persona tiene verdadera necesidad no se preocupa mucho por las formas, como la mujer cananea que rogó a pesar de que los discípulos estaban cansados de sus gritos (Mateo 15:23). O como Bartimeo, el ciego, que siguió gritando a pesar de que los demás le pedían que callara (Marcos 10:48). Cuando la necesidad es profunda, a la persona no le importa ser inoportuna o romper con las formas y las costumbres.

APLICACIÓN

La necesidad misma es la que dicta la manera correcta de orar. Cuando una persona tiene una petición muy sentida es muy difícil que no haga una oración correcta porque la honestidad al pedir es lo que hace que la oración sea agradable a Dios. En la petición por salvación, de igual manera, lo que importa es la sinceridad de la persona que pide. Es por eso que debemos acercarnos al Señor con un verdadero arrepentimiento, dispuestos a reconocer nuestros errores y los méritos de Jesús para salvarnos. Cuando nuestra necesidad de salvación es sincera, nuestra oración siempre será escuchada. No dudemos en acudir ahora mismo a Jesús en busca de esa salvación, hágalo en completa honestidad y sinceridad. Si el vecino le dio los panes a su amigo al ver su necesidad, también Dios le dará salvación a todo el que se la pida.

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