Su célula, su campo misionero
Ir más allá de las fronteras territoriales propias es una forma de hacer misiones. También lo es el trabajo de evangelización desde un vecindario y grupos sociales cercanos. Énfasis de la segunda noche de Consulta en la que disertó el Dr. Ralph Neighbour.
La figura mental que seguramente cualquier creyente tiene de un misionero es la de aquella persona que abandona su país de origen y se va muy lejos a compartir el evangelio a una cultura diferente a la de él. No obstante, la tarea misionera no se extralimita a puntos geográficos.
Ir más allá de las fronteras territoriales propias es una forma de hacer misiones. También lo es el trabajo de evangelización desde un vecindario y grupos sociales cercanos. Énfasis de la segunda noche de Consulta en la que disertó el Dr. Ralph Neighbour. Según él, cada uno tiene cerca de sí, tres grupos de personas: los amigos, la familia y los allegados. Esta clasificación se subdivide en otros tres, a los que Neighbour denomina: “los paisaje o panorama, los máquina y los de gran valor”.
En la primera categoría caben todos aquellos conocidos que son parte de nuestro barrio, colonia o comunidad. En la segunda, se ubican las personas con las que compartimos algún vínculo laboral, de negocios o intercambio relacional frecuente. Y en la última, las personas con quienes un lazo estrecho de consanguinidad nos une: la familia. Todos ellos tienen una profunda necesidad de conocer el mensaje de salvación. Cosa que como seres humanos llegamos a pasar por desapercibido. “Usted es Cristo, viviendo en medio de esta gente”, aseveró Neighbour la noche de este miércoles. A lo que agregó: “tiene la obligación de ir a esas personas”.
Para sorpresa de todos, el Dr. Neighbour invitó a los más de 7,000 congregados en el local de Elim, a despojarse de su calzado por unos cuantos minutos. Algunos se sonrojaron, otros sonreían y el resto, obedecieron. “Así, sin zapatos, usted es un siervo de Cristo, como un sacerdote”, dijo aludiendo a la costumbre judía en la que, quien ejercía el sacerdocio entraba al lugar santísimo para la expiación de los pecados del pueblo, sin usar calzado. Insistió “usted es un sacerdote, una conexión, entre Dios y los hombres.”
En un grupo pequeño, todas estas personas pueden ser alcanzables. De modo que, una célula de hogar, es también un campo misionero. El desafío quedó hecho. Al final de la noche hubo lágrimas en los asistentes.
La Cuarta Consulta de la Red Misionera de Iglesias Celulares continúa con talleres este día. Su culminación, se espera hoy por la noche.
DEFINITIVAMENTE, SEGÚN LA PLENARIA DE ANOCHE A
QUITARNOS TODOS LOS OJOS PARA INJERTARNOS LOS OJOS DE CRISTO PARA VER AL
MUNDO DIFERENTE.
BENDICIONES.
F. LUIS DURAN
con zapatos o sin zapatos son benditos los pies de los que anuncian la paz, las buenas nuevas de Jesus.