Claroscuros de Lutero
En la última oportunidad se habló sobre Lutero, su genialidad, su pasión y el papel esencial que jugó en el proceso de la Reforma protestante, cuyo Quinto Centenario será el próximo 31 de octubre. Se trató de hacer una presentación equilibrada de su papel en relación con los demás protagonistas y hechos que se conjugaron para dar como resultado un cambio sustancial en el panorama religioso europeo.
No obstante, Lutero fue un ser humano y, como tal, no estuvo exento de errores. Algunas veces adoptó posiciones que no fueron coherentes con el mensaje del Evangelio que proclamó. Por ejemplo, en su época los campesinos vivían en situación de profunda pobreza, excluidos y oprimidos. Existía una relación muy estrecha entre los príncipes y la Iglesia, en quienes los campesinos veían a sus opresores. Cuando Lutero comenzó sus disputas contra la Iglesia, los campesinos interpretaron que se trataba también de un ataque contra los príncipes. Los ánimos fueron caldeados con los escritos de Lutero en los cuales condenaba las prácticas opresivas de la nobleza. Todo ello provocó una revuelta campesina que se convirtió en una guerra. Lutero, cuya seguridad dependía de la protección de los príncipes frente a Roma, se alarmó y escribió en contra de la revuelta tan ardientemente como ardiente fue el título que usó para su obra “Contra las Hordas Asesinas y Ladronas del Campesinado”, en la cual animó a la nobleza a castigar rápidamente el levantamiento campesino usando la fuerza. El resultado fue un baño de sangre que produjo un estimado de entre cien mil y ciento treinta mil campesinos asesinados, dependiendo de las estimaciones de los historiadores.
Pero igualmente espinosa fue la posición que Lutero adoptó frente a los judíos. Frustrado por la resistencia de ellos para creer el Evangelio reformado escribió su libelo “Sobre los Judíos y sus Mentiras”, en el cual aconsejaba expresiones de odio tales como quemar las sinagogas, destruir sus libros de oración, prohibir enseñar a los rabinos, destruir sus casas, incautarles sus propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos “gusanos venenosos” a realizar trabajos forzados o expulsarlos para siempre. Algunos historiadores consideran que esa obra fue el primer trabajo de antisemitismo moderno y que fueron los antecedentes que se usaron para justificar la “solución final” nazi. Otros historiadores consideran que esa interpretación sería una distorsión histórica. Pero, lo que nadie puede controvertir es que los nazis utilizaron el libelo de Lutero como una apología para los campos de concentración y su visión del mundo. Lo peor que se puede hacer es ignorar, ocultar o minimizar las fuertes afirmaciones antijudías de Lutero. Aun comprendiendo que la historia no debe juzgarse de adelante hacia atrás, las propuestas de Lutero sobre los judíos continúan siendo totalmente inaceptables. Son expresiones de una fuerte intolerancia religiosa de la cual él mismo se quejaba pero en relación con Roma. Por ello, la misma Iglesia Luterana ha denunciado los escritos antisemitas de Lutero de manera muy formal y se ha distanciado definitivamente de los aspectos xenófobos de su teología. Esa es la razón por la que, paralelo a los actos conmemorativos que durante el año se están realizando en Wittenberg, también ha habido manifestaciones de la comunidad judía en contra del reformador y sus posiciones antisemitas. Estas son algunas de las razones fundamentales para que el Quinto Centenario de la Reforma sea más una conmemoración y reflexión sincera que una celebración.