¿De la esperanza a la locura?

Hace 30 años que la Comisión de la Verdad hizo público su informe «De la locura a la esperanza». Con ello se dio cumplimiento a otro de los acuerdos de paz que pusieron fin al enfrentamiento armado salvadoreño. El propósito de la Comisión, en última instancia, era el de estimular el tránsito hacia la reconciliación nacional. Con ese fin, emitió importantes recomendaciones para erradicar las causas estructurales vinculadas a los hechos graves de violencia que investigó. Pasadas tres décadas, conviene recordar algunas de esas recomendaciones para saber si continuamos en el camino de desmantelar las causas de la violencia política o si, por el contrario, nos hemos desviado.

Una de las recomendaciones fue la de derogar la Ordenanza del Ejército que obliga al subalterno a obedecer una orden ilegal, de manera que fuera protegido cuando se negara a cumplirla. También recomendó considerar como faltas graves contra la institución militar todas aquellas en las cuales sus miembros se prevalían de su condición para incurrir en abusos de poder o en ofensas contra los derechos humanos. Además, recomendó incluir en los planes de estudios desde la Escuela Militar hasta los Cursos de Estado Mayor la investigación profunda de los derechos humanos. Con respecto a la seguridad pública recomendó encargarla a un ente absolutamente civil como lo era la Policía Nacional Civil, la cual, debía necesariamente ser desmilitarizada y sin ninguna vinculación con la Fuerza Armada.

En relación con la administración de la justicia recomendó dotar a los jueces y abogados de independencia. Los jueces no deben ser nombrados ni removidos por la Corte Suprema de Justicia sino por un Consejo Nacional de la Judicatura independiente. Se debía quitar todo efecto legal a la confesión extrajudicial. Asegurar la vigencia, en toda circunstancia, de la presunción de inocencia del reo. Se debía cumplir estrictamente los plazos máximos para la detención policial y la detención judicial, estableciendo sanciones inmediatas para quienes los violaran. Se debía fortalecer el ejercicio del derecho a la defensa desde los primeros actos del procedimiento.

En el campo de protección a los derechos humanos, la Comisión recomendó fortalecer la Procuraduría para la Defensa de los Derechos humanos. Ésta debía hacer uso con mayor frecuencia de sus poderes para visitar cualquier sitio o instalación en el país, especialmente por lo que toca a los lugares de detención. Era necesario adoptar medidas que hicieran verdaderamente operativos los recursos de amparo y hábeas corpus. Debía disponerse expresamente que el amparo y el hábeas corpus, así como las reglas del debido proceso, no pudieran ser suspendidas como garantías en ninguna circunstancia, incluso bajo un estado de excepción.

Las sanciones restrictivas de la libertad sólo podían ser impuestas por los tribunales de justicia dentro del marco del debido proceso. Debía mantenerse un listado central y actualizado de toda persona detenida, por cualquier circunstancia, su ubicación y situación jurídica a través de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Se debía conceder a toda persona que hubiese sido víctima de una violación de los derechos humanos de un recurso sencillo, que fuera rápido y accesible para obtener la reparación material de los daños que se le hubieren ocasionado.

La Comisión de la Verdad tuvo como mandato emitir recomendaciones como las citadas con el propósito de prevenir la repetición de la violencia política, así como estimular la reconciliación nacional. En su trabajo pudo identificar que las causas y condiciones que engendraron la violencia se nutrieron en circunstancias complejas cuyos principales elementos fueron la falta de garantía a los derechos humanos y la organización social al margen de los principios del estado de derecho. Los mismos elementos que han caracterizado a los últimos años de la vida nacional.

Para la población en general, hablar de garantía a los derechos humanos o de principios del Estado de Derecho no tiene efectos prácticos, mientras no les afecte directamente. Tampoco recuerdan las recomendaciones de la Comisión de la Verdad ni comprenden el doloroso capítulo de la historia nacional que investigaron. El inmediatismo práctico, el olvido y la carencia de análisis crítico condena a las personas a reproducir y apoyar los mismos patrones que detonaron la violencia política. Esto pudiera acercarnos peligrosamente a una lamentable reiteración.

Comments
One Response to “¿De la esperanza a la locura?”
  1. Adal R dice:

    Totalmente han olvidado las causas del conflicto armado y de la violencia en el país. A todo esto debemos de añadir otros elementos como:
    1 Las redes sociales y la comunicación virtual, siendo tan avulnerables y manipulables.
    2 La falta de concientización social de los efectos destructivos de una guerra civil.
    3 Lo poco o nada de un recuento histórico de los hechos del pueblo. En este caso el actual gobernante tiende a negar los Acuerdos de Paz,
    4 La nueva generación está enmarcada en la vanidad y novedoso de las redes. Careciendo de un criterio de análisis social, contribución política ante los problemas. Más bien se ha vuelto cómodo e indiferente ante el dolor de millones de personas que no tienen pan ni agua para el diario vivir.
    Pero lo que se ha descrito nuestro hermano de las recomendaciones para la Comisión de la Verdad como:
    No permitir que se repita La obediencia a órdenes ilegales y crueles.
    No hacer uso de la Fuerza Armada para pisotear al pueblo por medio de abuso de poder dañando los derechos humanos de las personas.
    Antes bien debe propiciar:
    En todas la instituciones el respeto a los derechos humanos.
    La independencia de los jueces y abogados.
    Fortalecer el respeto a los derechos Humanos.

    Ahora bien, qué es lo que vemos en la forma de gobernar ? Es obvio que no ha Sido un cambio de Esperanza y Verdad y justicia, sino todo lo contrario, la actitud ha Sido:
    Pisotear el Estado de derecho
    Irrupción violenta y amenazante de la Asamblea Legislativa, abuso de poder, mala administración y falta de rendición de cuentas. El militarismo vuelve e invade todo los centros comerciales, recintos, casas de gente pobre, champas y zonas vulnerables. Vuelve la bota de la muerte a golpear los estratos sociales más bajos. Olvidan lo que generó la confrontación social, olvidan y omiten un acuerdo de hombres ciudadanos.
    Pero estos se dieron en un primer momento a pactar con delincuentes y al romperse ese pacto( Entre el 25 y el 27 de marzo 2022 las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 asesinaron a 87 salvadoreños en 12 de los 14 departamentos del país El Salvador) y decretan el régimen de excepción y salen a la calle y de forma arbitrariedad capturan a cuántos jóvenes, adultos. Y como ciegos, con el celular en la mano y en la otra el G3 irrumpen puertas, balcones, sin un orden y proceso legal. El listado no depurado lo inventan para capturar arbitrariamente.

    Que hará hoy la iglesia?
    Cuál será hoy el mensaje?
    Que predicación enfocaremos habiendo visto una realidad social de ayer y hoy?
    La construccion de carceles es muestra que de la esperanza se pasa a la locura. Que de la guerra civil se ha pasado a mutilar la sociedad. Desvían a la atención social con una falsa seguridad, una megacarcel no es la solución aunque se lleven muchos predicadores jactanciones y novedosos a predicar por un sueldo adhonor.
    Es hoy que debemos trabajar como pueblo de Dios y ciudadanos por nuestro país:
    Pongamos todo esfuerzo y entrega para no permitir más de lo mismo, dónde el grande aplasta al pobre, dónde un puñado de chiviadores se jacta de cambiar la historia.
    Dónde la fuerza está entre mafia y mala bestias. Donde Hombres corruptos dados a la droga y en su altivez pretender gobernar.

    El pueblo Salvadoreño debe ser para Cristo El Señor.
    Predica a tiempo y fuera de tiempo.
    No esperando nada a cambio.
    Ocupemonos en el bien y la verdad.
    Dios está con nosotros.

    Adal R
    19marzo2023

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