Desarrollo y democracia
No puede haber desarrollo donde hace falta libertad. Esa fue la conclusión a la que llegó el economista y filósofo indio Amartya Sen después de haber estudiado en detalle la relación que existe entre democracia y pobreza. Todo comenzó cuando se dedicó a estudiar las hambrunas y sus causas. Sen reparó en que las hambrunas rara vez se producían en países democráticos, a pesar de que estos también eran azotados por sequías y plagas. Después de estudiar de manera detenida el hecho, pudo afirmar, en su obra «Pobreza y hambruna», que las hambrunas no son causadas únicamente por la falta de alimentos, sino por fallos en la distribución, acceso y respuesta política.
El siguiente paso para Sen fue el ampliar un poco más su investigación y enfocarse en explorar la relación entre pobreza y democracia. Su trabajo lo llevó a sistematizar el hecho de que los sistemas democráticos poseen mayor potencial para reducir la pobreza de manera más efectiva que los regímenes autoritarios. Es decir, a mayores libertades democráticas menos pobreza y, a la inversa, a menores libertades democráticas más pobreza. Esto se debe a que los líderes democráticos enfrentan presión política y social de sus ciudadanos y, por tanto, tienen incentivos para actuar rápidamente y resolver los problemas más agudos de los pobres.
En una democracia la prensa es libre y puede investigar e informar sobre las mayores necesidades de la población. Ese señalamiento moviliza tanto al público como al gobierno para aliviar la situación y evitar que se agrave. La libertad de expresión se convierte así en un mecanismo que contribuye a mitigar la pobreza. En cambio, un régimen autoritario lo que hace es tratar de callar a la prensa por medio de la descalificación, boicot económico, ocultamiento de la información, persecución judicial o represión abierta. La pobreza no se resuelve, sino que se niega y se oculta.
Cuando el sistema electoral es libre e independiente los políticos se sienten responsables ante la población y sus problemas. Temen no ser aprobados y ser removidos en las próximas elecciones si no son efectivos en resolver adecuadamente las carencias. Esa presión obliga a los gobernantes a ser serios en la búsqueda de soluciones. Pero bajo un gobierno autoritario las elecciones son manipuladas y los jueces electorales se encuentran completamente plegados. Con el control seguro de los próximos resultados electorales los autócratas no se preocupan de escuchar a las personas y sus condiciones de pobreza se profundizan.
Un sistema democrático posee mecanismos de control ciudadano, instituciones participativas, rendición de cuentas y amplio margen para la participación cívica. Estos factores ofrecen el espacio para que las demandas de los sectores más pobres sean escuchadas y atendidas. Pero bajo un gobierno autoritario los ciudadanos no son consultados ni escuchados, no existen mecanismos de rendición de cuentas y se combate la organización social. Cuando las voces ciudadanas son ignoradas y rechazadas, no hay manera en que la pobreza no se profundice.
Por este tipo de considerandos fue que Amartya Sen propuso que el desarrollo no debe medirse únicamente en términos económicos, como el crecimiento del PIB, sino en términos de expansión de las libertades democráticas. La pobreza no solo es la falta de trabajo y de ingresos, sino también la privación de necesidades humanas fundamentales, como la educación, la salud y la participación ciudadana. La democracia ayuda a expandir estas libertades porque garantiza los derechos civiles tanto como el acceso a servicios básicos y la participación en las decisiones públicas.
En ausencia de libertades políticas, los pobres tienen menos capacidad para influir en las decisiones que afectan su vida, no hay mecanismos para corregir políticas fallidas ni manera de hacer oír sus demandas.
Por estos aportes a la comprensión de la relación entre desarrollo y libertad, Sen fue galardonado con el Premio Nobel de Economía y su trabajo influyó en la creación del Índice de Desarrollo Humano que hoy se usa en todo el mundo. La historia reciente y actual de nuestro país valida la tesis de Sen de que a menor democracia, mayor pobreza. El desarrollo es más probable en democracias bien estructuradas, con instituciones sólidas, un sistema jurídico funcional y una ciudadanía activa que exija sus derechos. Esa debe ser nuestra aspiración.
Apocalipsis 11:15b Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
Las distintas de exigencias o voces populares y las demandas dentro de la sociedad permite atender situaciones no vistas por un pequeño grupo de personas o partidarios que tienden a gobernar. La administración de las cosas, del hogar, de las empresas, del Estado y en definitiva de la creación bajo los cielos requiere de muchas buenas relaciones, proyectos, pensamientos de trabajo, desarrollo y bienestar. El mandato de Dios permite que todos los involucrados actuemos a favor del bien común. Recordemos que todo en el mundo es un conjunto de acciones (pequeñas o grandes) y de constantes movimientos; por muy insignificante que parezcan las acciones, todo posee un valor útil. El campesino necesita del herrero, el constructor de maquinaria, el supervisor como el diseñador y el constructor se relacionan para una mejor labor. Verificar que las cosas se hagan bien es necesario en toda labor. El maestro enseña ciencia y elementos fundamentales para que el alumno aprenda a dar soluciones en la vida. Todos estamos contribuyendo a construir un mundo mejor. Dentro de esa constantes debemos corregir actitudes, conductas y decisiones conforme a la verdad y la justicia. Crecemos en un mundo de relaciones. Dañar las relaciones y la libertad de aportar contenido, técnicas, estrategias es retroceder en el progreso. Más aún si el aporte procede de personas que buscan el bienestar de la sociedad, y sobretodo sacar a otros de la miseria y pobreza. Debe existir el beneficio social para todos. Todos nos ayudamos, y somos colaboradores y edificadores en relaciones y acciones y entendimiento. Las congregación mas pequeña que dicen no meterse en nada político, social o material siempre generan elementos de cambio y bienestar. Nadie es neutral. Todos nos colaboramos mutuamente y a nadie es de despreciar. Nuestra libertad procede del mandato divino, porque en definitiva nuestra presencia, acciones, decisiones son vista desde lo alto. Y ¿Quien controla toda la obra? Aquel que esta sentado en su Trono. Job 28:24 Porque él mira hasta los fines de la tierra, Y ve cuanto hay bajo los cielos. Y Dios contempla toda obra humana, él juzga con justicia cada acto, la victoria nuestra es actuar conforme a su voluntad. ¿Cómo? Cree en el Nombre de Jesucristo, Amar a tu prójimo y hablar verdad unos con otros, hacer el bien en todo tiempo.
Ahora bien, la amplitud de la actividad social se enriquecer con el mensaje del Reino. Es en la visión del Reino que debemos actuar en justicia, libertad y verdad, para ayudar, bendecir, aportar y dar gracias a Dios por todo lo que nos da. Tres cosas debemos recordar:
1 Dios trabaja cada día, él nos busca para enviarnos a su obra.
2 Dios nos corrige, el perdona y justifica por medio de la fe en Su Hijo Jesucristo para ser instrumentos de justicia.
3 Dios nos concede bendiciones y debemos vivir en gratitud a Él y con nuestros semejantes.
Primeramente es importante declarar que Dios realiza obras, milagros, portentos y hechos sobrenaturales en todo lugar. Y cada creyente es llamado a servir desde la perspectiva de la fe, la obediencia y en toda buena obra del Evangelio del Reino de Cristo. Como instrumentos de justicia servimos dentro de la sociedad. Tito 3:1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Como ciudadanos del Reino trabajamos en la obra de Dios. Y para aquellos que no invocan su Nombre llegará el día cuando toda rodilla se doblará delante de Él. No solo es un trabajo dentro de la congregación sino que lo específico de cada miembro se extiende a la comunidad, a la sociedad y al país entero. Los ciudadanos del país y los ciudadanos del Reino en cojunto servirmos para mantener el bienestar y alcanzar una mejor vida. No podemos omitir nada de lo que nos rodea, siempre en toda decisión y acción hay un mar de implicaciones. La verdadera realización como hombres y mujeres radica en trabajar en obediencia de la fe en Cristo(el Evangelio del Reino) a favor de los hombres para salvación eterna. Desde que apareció el Evangelio iniciaron la universidades, las escuelas, los hospitales, la mejor administración de las cosas. Y el aspecto social está immerso en cada acción humana, en pensamiento, en obra, en construcciones y edificaciones para cumplir con el mandato divino. Cada proyecto ejecutado repercute en la sociedad. Todo lo dispuso Dios para que el hombre actuará haciendo el bien con los demás.
1_Hay Uno sentado en su Trono, Salmos 33: 13 Desde los cielos miró el Señor; Vio a todos los hijos de los hombres; 14 Desde el lugar de su morada miró Sobre todos los moradores de la tierra. 15 Él formó el corazón de todos ellos; Atento está a todas sus obras.
2_Dios nos da la libertad de actuar y edificar en la tierra. Y mayormente cuando creemos en el Evangelio del Reino. Existe mayor responsabilidad de caracter eterno, somos embajadores de Cristo y la misma Palabra nos dice: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Nuestra labor va más allá de un gobierno humano, pero no por eso desatendemos lo útil y necesario para el auxilio de otros. Somos responsables para generar el bien. Todo debe ser en la libertad con que Cristo nos hizo. Como ciudadanos de cada país es necesario aportar bendición, virtud, habilidades, en el ingenio de buscar soluciones ante un mundo en tinieblas. Somos luz y somo sal. Y de esta manera anunciamos el poder de Dios, Pero también la obra de cada uno será recompensada. Usando las riquezas injustas (de mundo) para ganar muchos para Reino de Cristo. Pero quizá pueda que pase lo contrario. Ser infieles con lo de abajo, ¿Quién nos confiará lo real? Lucas 16:11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?
3_Los gobiernos de este mundo. ¿Que buscan? O ¿Qué pretenden? ¿Hay libertad de expresión? ¿Hay justicia? Una serie de preguntas acontecen como tormenta y viento fuerte que golpea la conciencia de los que gobiernan. En muchos casos, se detiene el aporte de la voz del pueblo, se olvida la miseria y pobreza de millones. Hay distintos mecanismos para callar las voces de los sin voz, de los pobres, marginados, presos y perseguidos. Entre esas formas coercitivas están: las amenazas, el uso de la fuerza militar y policial (Régimen de excepción), la estructuras ocultas de persecución y muerte, las presiones psicológicas, la imposicion de leyes fuera de la constitución, la publicidad y propaganda engañosa que tergiversa la verdad. Los gobiernos autocráticos usan formas para impedir la participación del pueblo y eliminan el control de los ciudadanos. Estos gobiernos están más interesados en el dios de la avaricia, en la ideología imperante, exaltan a una minoría de magnates y élite del gran capital. Todo sistema económico que tiende a destruir la naturaleza y al mismo ser humano pervierten el mandato divino. Cuando niegan a Dios como Soberano de todos los reinos, cuando exaltan al mismo hombre, cuando no rinden cuentas y siguen los dictados de una ideología fascista, dictatorial, autoritaria y buscan como fin la exaltación del grupo, del hombre. Impedir las libertades de los ciudadanos es detener el desarrollo y progreso de todos los ciudadanos. Los gobiernos autocráticos poseen una visión del país de acuerdo a sus intereses, intenciones e ideología. A través de la historia se han dado formas de gobierno como la monarquía absoluta y la dictadura, que son las principales formas históricas de autocracia. Veamos algunos ejemplos:
– El Imperio romano: en el año 27 a. C., Augusto creó el Imperio romano tras el fin de la frágil República de Roma. Augusto conservó efectivamente el Senado romano, pero concentrando todo el poder real en sí mismo.
– En Rusia: el emperador Nicolás I gobernó bajo el lema «autocracia, ortodoxia y nacionalidad». Sumamente religioso, promovió la Iglesia ortodoxa rusa y suprimió otras religiones, así como a los no rusos el vivir en el país.
– En Italia: Benito Mussolini, que dirigió el movimiento fascista en Italia y se convirtió en el dictador de ese país en la década de los veinte.
– En Alemania: Adolf Hitler gobernó con un partido único basado en la autocracia de la ideología nazi. El contexto previo fue una gran depresión, y una severa crisis permitió el auge del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, que llegó al poder en 1933 con la elección de Adolf Hitler como canciller. Hitler proclamó el Tercer Reich y llevó a cabo una política expansionista, este tipo de ideología provocó el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
La autocracia se define por el poderío y supremacía de un solo individuo frente al grupo que gobierna; en este sistema de gobierno el individuo tiene la potestad absoluta de regular leyes y reglamentos a conveniencia y sus seguidores atienden a sus órdenes con ciego fanatismo. De manera que se presentan varios rasgos que definen este tipo de gobierno:
– Concentrar todo el poder en un sólo individuo tomando decisiones sin intervención de los distintos poderes.
– Cambio de leyes conforme a sus intereses y fuera de la constitución.
– Manipulación de la información general.
– No existe rendición de cuentas.
– Cambiar o truncar la misma historia de los pueblos.
– Persecución política a aquellos contrarios.
Gran daño ocasionan al pueblo, ya que en la autocracia todo se concentra en el poder en una sola figura (a veces divinizada), las acciones y decisiones no están sujetas ni a restricciones legales externas, ni a mecanismos de control popular. La voz de muchos es vencida por la fuerza, la mentira o la persecución. El miedo impera en las instituciones, el silencio a opinar, las relaciones sociales y políticas se reducen cada vez al silencio. El aporte de soluciones se cierran. Todos como títeres en un mundo sin Dios, sin la virtud de oír el clamor de los más necesitados y marginados. El hombre se reduce a recibir la dieta de la autocracia que no es más que Desgracia rumbo al infierno. Como ciudadanos debemos servir a Dios. Obedecer a su Palabra. Si callamos en el aporte social en este momento final, Dios enviará la solución por medio de su poder. Nuestro Espíritu se fortalece y en el amor de Dios no hay temor ni cobardía, necesitamos romper con esquemas indiferentes e inhumanos. Y la Escrituras nos motiva diciéndonos:
2 Crónicas 16:9 Porque los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él.
Hechos 5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Adal R
16Feb2025