El mandato del amor

La principal característica del cristianismo es el amor. Basta una sola lectura del Nuevo Testamento para darse cuenta de que su principal enseñanza es la del amor.Se trata de un amor que supera la rigidez de las normas religiosas excluyentes para abrirse a quienes tienen hambre y sed de Dios. Es el amor que perdona las fallas humanas y extiende la mano al que ha caído. Es el amor que alcanza la esencia de los hechos para mostrar que Dios no se agrada de la severidad de los censuradores religiosos, sino de los sencillos de corazón.

Por causa de ese amor fue que Jesús tuvo cada vez más choques con los escribas y fariseos. Estos insistían en los lavacros ceremoniales antes de comer, mientras Jesús se enfocaba en la pureza del corazón. Mientras los fariseos rechazaban ayudar al necesitado en el día de reposo, Jesús se enfocó en demostrar que las necesidades humanas son más importantes que las instituciones religiosas. A fin de proteger al sábado, los fariseos condenaban a los enfermos y oprimidos a seguir soportando sus sufrimientos. Pero Jesús enseñó que no es el hombre quien debe ser esclavo de los prejuicios religiosos, sino la religión la que debe ser de beneficio para el hombre necesitado. Santiago lo resumió brillantemente cuando aseguró: «La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa» (Santiago 1:27).

Después de dos milenios de cristianismo, todavía demasiados continúan sin comprender ese mensaje central del evangelio. Todavía hay quienes solicitan decapitar a aquellos que muestran compasión hacia los necesitados porque afecta la imagen de quienes los tienen en necesidad. Son religiosos que se consideran censores de la espiritualidad y que acusan de hacer política a quienes auxilian a los afligidos, sin reparar en que ellos mismos están haciendo mucha política para defender a sus ídolos del poder. Igual que Saulo de Tarso, hay demasiados que piensan que agradan a Dios cuando persiguen, maltratan y denigran a quienes se atreven a reconocer a Jesús como único Señor. Seguirán por ese camino de ceguera hasta que truene el día del juicio y despierten a la realidad de que no eran más que perseguidores del mismo Jesús. Pero para entonces, ya será demasiado tarde.

Todo eso por no comprender la lección definitiva de Jesús: «Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha: “Vengan, ustedes, que son benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”. Entonces esas personas justas responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos algo de beber, o te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa, o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?”. Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de éstos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”» (Mateo 25:34-40). Si no somos aptos para compadecernos del Jesús a nuestro lado que tiene hambre y sed, que es migrante, que está desnudo, enfermo y en prisión, no debemos abrigar ninguna esperanza de bienaventuranza. Quien no es capaz de empatizar con el sufrimiento humano está definitivamente descalificado como cristiano.

El amor que el cristianismo demanda es un amor crucificado. Quien ha comprendido el mensaje de Jesús siempre se pondrá al lado del sufriente, del despojado, del encarcelado. Pero eso tiene su costo. La solidaridad en un mundo de pecado inevitablemente conducirá a la cruz. No debe sorprender que, igual que Jesús, los seguidores de su mensaje sean maltratados y despreciados. Los creyentes superficiales se sorprenderán cuando vean al cristiano fiel al lado de los vulnerables y preguntarán: ¿por qué estas allí? Pero la pregunta correcta debe ser para ellos mismos: ¿por qué no estas tú allí?

Restauración 100.5 FM · Editorial de la semana – El mandato del amor
Comments
2 Responses to “El mandato del amor”
  1. Adal R dice:

    El mandato real : el amor de Dios
    Es de gran importancia y determinante cuanto es el amor que manifestamos a Jesucristo. El amor la base del Universo. Por amor Dios hizo todas las cosas. Por amor lo sustenta cada día. Por amor cada estrella da su luz, por amor el universo entero se mueve de manera ordenada y firme. Por amor somos y nos movemos, por el amor de Dios percibimos y llegamos a conocer en parte lo que nos rodea. Y por fe seguimos en ese amor real, Por amor las relaciones sociales y familiares fortalecen a la humanidad y a cada persona, para encontrar una razón justa de nuestro ser. Por amor todos nos desarrollamos y realizamos un quehacer teleológico en el mundo, el propósito de Dios de la cooperación mutua. En Génesis 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Hay una secuencia de hechos desde el principio de todas las cosas, hay un propósito definido: Fructificar, multiplicar, llenar la tierra, dominar la tierra. El hombre recibió el mandato de desarrollar una labor de beneficios mutuo(recíproco), el bien estaba determinado en sus manos para hacer grandes cosas en la tierra. Todo indica un progreso y crecimiento, bienestar y prosperidad. Pero, este amor dado por Dios desde el principio fue manchado por la desobediencia humana. Y de ahí en adelante podemos ver: no dominio para el bienestar mutuo, sino dominar para la exaltación personal, dominar con violencia golpeando, matando y robando, destruyendo al prójimo. Lejos de justicia y Verdad que es sinónimo de falta de amor, el hombre dejó esa buena labor que Dios le entregó y se olvidó de su responsabilidad. Es decir, hizo cada cosa, segun sus intereses, construyó ciudades, hizo caminos, tomó tierras, mató y persiguió personas hasta aniquilarlas. Surgieron los imperios y gobiernos que oprimía al mismo hombre, esclavizando, reprimiendo, violando y dañando la integridad de los indefensos. El mar de sangre fluyó en muchas tierras y no cumplió como debería de ser el mandato de Dios. Todo indicaba que el hombre lejos de Dios no puede agradar a Dios. El hombre en su lejanía con Dios ve solamente sus intereses, vive una religión mas, no rinde cuentas a Dios, no hay amor a Dios. Y todo lo hace para si mismo. El amor de Dios no habita en su ser, de igual modo omite amar a su prójimo, y no amar al prójimo es muestra que es un homicida. Como Caín sin misericordia sin arrepentimiento, sin respeto. Este es el dominio violento, cruel e ambicioso e inhumano que destruye al mismo hombre, y aquellos que le rodean. Solo vea el ejemplo en nuestro país un gobierno perseguidor de los mas vulnerables, destructor de la vida( ya que implementa la minería metálica), persigue la opinión democrática, rehúsa rendir cuentas, se extiende el poder de manera ilegal y bajo un régimen perverso y cuyo fin es silenciar al pueblo. Este patrón de conducta tanto ayer como hoy se centra en la soberbia y avaricia. Como una expresión maligna que sale del corazón diciendo: Yo soy y mis intereses. Es quebrantar el primer mandamiento de la ley de Dios. Y Cristo nos dice: Deuteronomio 6:5 Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Marcos 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Pero también declara: Mateo 22:39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
    La Iglesia actualmente ha entrado al tiempo final y son tiempos difíciles donde hay un predominio de apariencia y vanidad. Hay gran cantidad de congregaciones, con distintas formas de culto. Bueno, hace años visité una congregación que todo parecía muy normal y de aceptación eclesiástica, pero en un lapso de 12 años la percepción actual del lugar es distinta, la apariencia es la de un teatro a media luz, paredes y cielo falso pintadas de negro. El ministro con una vestimenta casual y todo apuntando a una reunión meramente humana. Parece indicar que el valor de las reuniones radica en un atractivo mas, entre las cámaras, los efectos especiales de sonidos, poca luz, enfocados a la grabación y no en la plena adoración a Dios. Dejando de lado a Dios y exaltando el yo del predicador y la filmación especial del lugar. Se sabe que hay un receptor fuera de la congregación y cada vez trata de omitir la comunión y adoración a Dios. Ahora bien, esto como una situación dentro de la vida de la iglesia. Pero tenemos que ir más a fondo de lo superficial. Debemos acercarnos más al hermano, al corazón de los hermanos, no olvidar los marginados, a los capturados por el régimen perverso y destructor de la vida justa y del bienestar social. Muchos hermanos actualmente han sido despojados de sus tierras y lo poco que poseen, muchos carecen de un trabajo, y al contrario han sido despedidos de las instituciones. Otros ya han sido olvidados con cierres de escuelas, clínicas y negocios. Hay un golpe de estructuras dictatoriales que se desenvuelve en Latinoamérica para destruir a muchos. La bota del sistema dominante trata en este tiempo de silenciar la voz de la iglesia, la voz de la ayuda mutua, la voz del amor de Dios manifestado en nuestra ortopraxis (práctica correcta), la ortopatía (sentimiento correcto) y así dejar sin efecto el pensamiento correcto( ortodoxia). En nuestra vida cristiana todo está fundamentado en el amor de Dios. Ahi se integra cada elemento de todo nuestro ser: nuestros pensamientos, (la mente de Cristo) nuestros sentimiento o emociones( el sentir de Cristo, el siervo sufriente) y nuestra práctica o praxis ( anduvo haciendo bienes y sanado enfermos) que lleva ese sello del amor de Dios que es Cristo Jesús manifestado en nosotros.
    Hoy por la fe somos cristianos por el amor de Cristo manifestado en la Cruz y su resurrección poderosa que ninguna religión posee. Por mucho que se pinten las iglesias de negro y se pongan luces y fuego artificial, y brote agua artificial o cualquier otro atractivo o espejismo, todo será en vano. Más vale priorizar la acción, en la obra de Cristo su muerte( muertos al mundo y al yo) y resurrección ( vida nueva y riqueza en el Espíritu). En esa virtud cuidemos del hermano, y como sacrificio vivo y santo, amando a Cristo es amar a los hermanos, cuidando del cuerpo de Cristo. Actuando por la pronta liberación de aquellos que estan siendo maltratados, privados de libertad, asediados por las botas del militarismo y fuerza bruta. Se viven momentos de una falsa presentación del Evangelio que no trasciende a interceder por los pobres, marginados, maltratados y despreciados. Mas aquellos que decidieron servir a otros, se despojaron de sus privilegios y rompieron con toda altanería y jactancia política y religiosa, ( fariseos y herodianos). Cristo lo hizo en su tiempo, él no tomó el papel de los fariseos, ni de los herodianos, no fue político ni religioso, pero si se mostró a favor de los mas débiles y marginados, presentó el Reino de los cielos a todas las estructura y produjo ruptura dentro y fuera de la sociedad. Su obra trasciende a la mediocridad. El Señor no tomó moldes mundanos para ganar a muchos, se hizo pobre para enriquecer a muchos. Tomó forma de siervo, no buscó su gloria sino que se despojó a sí mismo para dar el amor de Dios. Vino a deshacer las obras del diablo. Ahora bien, El Señor no nos ha enviado para percibir cosas vanas de este mundo, que son temporales, ni tampoco el Evangelio es una entretención de las mentes entre religión hueca y vacía. Tenemos, según el mandato, que dar frutos, multiplicar, sumar, bendecir a otros, dar de gracia lo que hemos recibido de Gracia, todo don perfecto viene de Dios para ministrar a otros. Tenemos que velar por la sana doctrina, retener el buen consejo de la Palabra de Dios, no vivir para nosotros mismos sino para el cuerpo de Cristo. Presentando nuestro ser en todo lugar, el testimonio vivo de un Cristo Resucitado. Si Pedro o Juan o Pablo hubiesen callado ante el imperio Romano y sistema religioso de la impiedad y vanidad de los pueblos, no hubiera crecimiento y expansión de la iglesia. Ellos sabían habían pasado de muerte a vida, y no se amedrentaban. Y Criste le dijo: Lucas 12:4 Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Jesús hecha fuera el temor y la cobardía. Entonces pues, consideremos lo que Dios no dice en su Palabra:
    2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
    1 Juan 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
    Y unidos en el amor a Dios, en esa perfecta comunión con su Espíritu, Palabra y autoridad manifestamos el amor de Dios que a su tiempo separemos verdaderos frutos de bondad para la Gloria de Dios.
    Adal R
    25mayo2025

  2. Adal R dice:

    Corrección del último párrafo:

    Y unidos en el amor a Dios, en esa perfecta comunión con su Espíritu, en su Palabra y autoridad manifestamos el amor de Dios que a su tiempo segaremos verdaderos frutos de bondad para la Gloria de Dios.

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