El triunfo de la verdad

Con frecuencia se piensa que la verdad es algo obvio y que cualquiera puede advertirla, pero las cosas no son tan fáciles como parecen. Desde la antigüedad se ha reflexionado mucho sobre el tema de la verdad, cuya comprensión parece huidiza. Los filósofos griegos encontraban la verdad en la correspondencia entre el pensamiento y las cosas. Platón, por ejemplo, señalaba: “Verdadero es el discurso que dice las cosas como son, falso el que las dice como no son”. Pero ¿qué es lo que determina lo que es y lo que no es? La respuesta se encuentra en la dimensión de lo objetivo y material. Existe una relación entre la verdad y la realidad, aunque ellas son esencialmente distintas. La realidad es el mundo de las cosas que existen y que ocupan un espacio en un tiempo. En tanto que la verdad es la adaptación que hacemos de las cosas al intelecto, cómo las comprendemos. La realidad existe aunque no se conozca, la verdad surge del proceso por el que la razón conoce a la cosa a través de procesos como la percepción y la abstracción. Estos procesos son experiencias personales y es por ellas que se forman las opiniones. Así es como cada persona cree siempre tener la razón.

Semejante a la fábula india de los tres ciegos que palparon a un elefante. Uno llegó a la conclusión de que el elefante es como un tronco de árbol, pues tocó su pata delantera; el segundo lo entendió como un abanico, pues tocó su oreja; el tercero lo definió como una cuerda, pues tocó su cola. Los tres expresaron lo que su percepción personal les mostró que era la verdad sobre el elefante, pero ninguno conoció la verdad completa, es decir, la verdad auténtica. La verdad depende del proceso del conocimiento individual e implica al sujeto que lo produce. Siendo que los procesos humanos son falibles, especialmente al hablar de percepciones, existe una brecha enorme en donde cómodamente caben todos los engaños.

En el mundo complejo y urbanizado actual se añade la complicación de que las personas se encuentran cada vez más distantes de la realidad. Los medios de comunicación se encargan de ofrecer vistazos de la realidad pero a través de su propio filtro. El hombre moderno no tiene acceso directo a la realidad sino a la versión que de ella presentan los medios de comunicación. Existe el periodismo profesional que se esfuerza por acercarse a la objetividad al contrastar opiniones y fuentes. Pero, también existen los medios que han sido creados con el objeto de engañar y manipular. La intermediación involucra variables que privan de conocer la verdad sin defecto. Una muy importante es la voluntad de la persona misma, que la predispone a creer lo que desea creer. En ese esfuerzo, selecciona los aspectos que favorecen su prejuicio y, con la misma arbitrariedad, desecha las evidencias que lo adversan. Así, cada persona acuña su propia verdad, alejándose de la realidad.

Estas consideraciones nos pueden conducir a la conclusión de que no hay una verdad, sino múltiples verdades de acuerdo con los intereses y preferencias de las personas. Pero, eso sería incurrir en un relativismo bastante descarnado. A favor de la verdad siempre se encuentra la realidad. A pesar de las distintas convicciones de los tres ciegos, el elefante continuaba estando allí con toda su contundencia. Por mucho que los medios codifiquen sus mensajes desde su marco ideológico, político y económico, ostentándose como portadores de la verdad objetiva, no serán capaces de cambiar los hechos reales. El triunfo de la verdad se encuentra asegurado.

La mentira puede distorsionar las percepciones de las personas, pero no puede cambiar la realidad. La pobreza, el desempleo, la falta de agua, las graves carencias en atención médica y educativa, la carestía de la vida y las extorsiones son los componentes de la realidad en la que las mayorías se encuentran inmersas. La propaganda y la publicidad pueden crear mundos ilusorios, distractores y mentiras. Pero la realidad continuará inamovible e inescapable, es la piedra con la que se tropieza a diario y despierta al más crédulo. Es solo cuestión de tiempo para que la verdad termine por imponerse.

Comments
3 Responses to “El triunfo de la verdad”
  1. Que gran verdad la que expresa en su editorial de la semana. Es solo cuestión de tiempo para que la verdad termine por imponerse.

  2. Carlos García dice:

    Al final de todo la verdad siempre se termina imponiendo y esta se defiende sola . El tiempo lo descubre todo sea bueno o sea malo. Es cierto que para cualquier persona dependiendo de su poco o mucho conocimiento sobre algo creemos tener la razón dependiendo de nuestra percepción y muchas veces al debatir hasta el que no tiene la razón puede ganar un debate si es astuto para presentar sus argumentos
    .

  3. Josue Daniel Cruz dice:

    Me gustó mucho este artículo. Excelente contenido. Gracias!!

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