En la tierra como en el cielo
Hay muchas maneras de entender el cristianismo. La combinación de factores culturales, educativos, teológicos, personales y la exposición a diferentes puntos de vista hace que la comprensión de la fe sea multifacética. A fuerza de tradición se pueden desarrollar conceptos que suelen llegar a ser muy rígidos sin ser nunca contrastados con la revelación de las Escrituras. De esa manera, se puede contar por verdad conceptos que, realmente, solo son interpretaciones incompletas o erradas del evangelio.
Una de esas concepciones es la de limitar el cristianismo al puro ámbito personal. El evangelio es un asunto de personas individuales que se cree o se rechaza. Una vez se ha creído, la persona se dedica a sus prácticas eclesiales. Cumple con sus devociones semanales y solo cuida de no cometer actos visibles de irreligiosidad. Una vez cubiertas las formas, no hay ninguna preocupación por marcar una diferencia con las maneras de pensar y actuar de los demás. El odio, la indiferencia, el desprecio hacia las personas y la no incumbencia se conservan en el corazón sin la menor vergüenza. El individualismo es extremo y su enfoque es en lo que llaman la vida «espiritual», la cual, se entiende como un marcado desentendimiento del entorno. Todo lo que no tiene que ver con su Iglesia es mundano y, en consecuencia, como creyente, nada tiene que ver con ello.
Ese individualismo puede conducir a descuidar a la misma familia, ya no se diga a la comunidad con la escuela y el centro de salud y, mucho más, al resto de la sociedad. De manera que Cristo es concebido como el rey del estrechísimo espacio de las paredes de la iglesia y totalmente desinteresado del resto del universo. En consecuencia, los creyentes no deben meterse en nada que no tenga que ver con la Biblia, la oración y los ángeles.
No obstante, las enseñanzas de Jesús fueron muy diferentes. Si bien fomentaban una recuperación de la comunión con el Padre, también enfatizaban una recuperación del prójimo con todo lo que afecta su vida. Por ejemplo, en el muy repetido padrenuestro, Jesús enseñó a orar: «Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra». La enseñanza es contundente: la voluntad de Dios es que la tierra sea igual que el cielo. Cuando habla de «la tierra», no se refiere de ninguna manera a los edificios de la Iglesia, sino a la totalidad de la creación y al ser humano como parte de ella. El evangelio no solo es una exigencia de transformación para los borrachos y ladronzuelos sino también para la sociedad en general, para toda la tierra.
A Dios le interesa el manejo de la producción y distribución de los bienes, la cultura, el ejercicio del poder, la manera en que las sociedades se estructuran. En consecuencia, todos esos temas son de completa incumbencia para quienes se declaran seguidores de quien dijo que la voluntad de Dios debe ser hecha en la tierra tan plenamente como lo es en el cielo. Para ejercer su papel de «luz del mundo», la Iglesia debe ser capaz de influir con sus valores éticos en todos esos campos. La Iglesia debe avanzar de las capacidades evangelizadoras individuales a la elaboración de propuestas sociales basadas en los valores cristianos de compasión y solidaridad. Eso demanda de los cristianos las competencias que les permitan dar aportes sensatos y útiles en un mundo ególatra.
Pero el fermento del evangelio no se debe limitar tan solo a la elaboración de propuestas y sugerencias, sino a un compromiso sincero en los procesos que darán como resultado mejoras en el desarrollo humano. Las cosas en la tierra serán como en el cielo cuando los cristianos asuman como parte de la misión de Dios el aprender de las Escrituras, el practicar la koinonía, adorar, evangelizar y practicar la acción social. La tarea de la Iglesia es evangelizadora, formadora, profética, liberadora y pastoral. El evangelio debe ser proclamado completo, incluyendo sus implicaciones espirituales, físicas y sociopolíticas. Cuando existe un choque entre lo que Jesús pidió a sus seguidores y los conceptos irresponsables que se han vuelto tradición, sin duda, los creyentes deben optar por el regreso a la palabra de Dios.
Retornando a las Escrituras
Lo básico y fundamental es volver a la voz de Dios, es retornar a la verdadera proclamación del Evangelio, donde el creyente participa no como expectador. Sino que se convierte en agente de cambio en todas las areas del desarrollo humano. Si hay algo que Dios siempre busca es el progreso y desarrollo social y que la integridad de las personas se eleve a su máxima expresión, ya que a causa del pecado ha decaído a lo mas bajo. Lejos de Dios Padre, sin Cristo no hay plenitud. La Vida abundante debe extenderse de Adentro hacia afuera. Lo que hemos recibido de Gracia debe ser dado por Gracia y amor. Una reducida relación con Dios sin ningun compromiso con los de afuera, es aquel que hace de la vida cristiana una separación entre lo espiritual y lo material, entre lo personal y lo social, entre dentro y fuera. Pero cuando aparece Cristo se siente que hizo falta algo: siervo inútil soy! pues hizo solo lo que se le mando y no más. Pero en el Reino de los cielos siempre hay más, siempre que la proclamación no se limite a palabras y dichos, y que quede entre un recinto o auditorio. Fuera y dentro llevamos una gran batalla. Dentro de nosotros en serle agradable, en sinceridad y verdad, renunciando a lo vergonzoso e injusto. Y fuera manifestando un testimonio de paz, de justicia, de amor y misericordia por los necesitados. Lejos de ser invadidos por el oropel de este mundo, que ya muchos han cedido al lucro de Balaam. La iglesia se vio asediada por la comodidad de un culto legal del Imperio Romano. En el año 347-407 Juan Crisóstomo lleno de gozo por lo había recibido por gracia, apartado de la vanidad, con habilidades de oratoria, y su conocimiento de las Escrituras fue llevado a niveles impactantes en la predicación. Este ministro fue famoso por sus discursos públicos y por su denuncia de los abusos de las autoridades imperiales y de la vida licenciosa del clero bizantino. Su enfrentamiento con la corte del emperador Arcadio y de su esposa Elia Eudoxia resultó en su destierro. En la Revista Cristiana se presenta el contexto socio político en que vivía Juan Crisóstomo: Los arzobispos controlaban vastas riquezas, vivían en palacios, y dirigían a miles de funcionarios de la iglesia. Para la época de Crisóstomo, las iglesias de Roma, Alejandría, Antioquía y Constantinopla cada una tenían aproximadamente 100,000 miembros y cientos de funcionarios de diversos rangos. El acoplamiento del poder económico y político con el mandato espiritual de la iglesia atrajo al ministerio a algunas personas con motivos incorrectos. La predicación de Juan contra los abusos de poder y riqueza afrentaron a la familia imperial y a la clase dominante. ¿Que se dice de Juan Bautista?: Lucas 3:11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. 13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.
Hoy nosotros como ministros del Evangelio y pregoneros de justicia vayamos venciendo mucha vanidad de este mundo, para no verse atrapado entre grandes banquetes, suculentos sueldos, carros del año, avionetas, y tráfico de influencias, carreras de carros y caballos, compra de voluntades, uso del poder para disponer de intereses personales y mientras se deja a millones sin alimento, sin agua, sin vida, o buscando un espacio de bienestar y progreso. Mientras se cierran universidades, hospitales y las escuelas en los cantones decaen por lo cruel de la tormenta provocada. Hay unos pocos enconchados en las estructuras socio-económicas sirviendose de los fondos del Estado y con juegos de azar se benefician, a costa de los millones excluidos del desarrollo y bienestar como Dios manda. En cuanto la tormenta provocada, no me refiero a las tormentas que el Padre puso en su potestad sino a la tormenta o los vientos tumultuosos de estructuras dominantes, que ven el interés, el precio, la ganancia, y las vanidades de cosas efímeras. Cuyo objetivo es el crecimiento lucrativo y de acumulamiento de riqueza. Lucas 12:20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? [21]Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios.
Este Evangelio que hemos recibido no se limita a región, a religión o tradición, va más allá de lo podemos imaginar. Unos han creído una cosa y otros dicen otra, en el mismo lugar de los hechos históricos donde Abraham subió para sacrificar a su hijo Isaac, El monte Moriá o Moriah, en hebreo: ‘ordenado/considerado por El Señor’ es el monte considerado por la tradición judía como el Monte del Templo, 2 Crónicas 3:1 Comenzó Salomón a edificar la casa de Yahweh en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo. De ahí, ha salido luz a las Naciones, y andarán conforme a la Luz de Cristo para hacer el bien, para hacer justicia, para actuar imparcialmente, para hacer de ambos pueblos: Israelitas y gentiles, Uno solo en Cristo. Cristo ha quitado todo tipo de enemistad, ha borrado el pecado de su pueblo y aún así no le ven, ha limpiado el pecado del mundo para que todo aquel que cree en El sea Salvo. Al decir que ha quitado toda enemistad, indica que es todo tipo de opresión, esclavitud, indiferencia, maldición, religión, ley o tradición. Delante de Cristo lo que tiene poder es lo que El hace y dio a favor del pecador: Su vida, su preciosa sangre, su Espíritu de gracia y paz. Es hora del arrepentimiento y confesión de toda obra mala e infructuosa. A fin de que, el tiempo que queda demos honra y gloria al Señor por medio de obras y decisiones, acciones y pensamiento en sinceridad y humildad ayudando a otros, en amor y compasión, así Como Cristo nos amó primero y entregó su vida por nosotros.
Isaías 60:1 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de El Señor ha nacido sobre ti.
3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
4 Alza tus ojos alrededor y mira, todos estos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.
10 Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.
11 Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes.
12 Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado.
Es un Poder indescriptible en cada creyente, 1_En la acción personal, empresarial, social o mundial, (la ortopraxis). 2_En cada relación y decisión generando buenos frutos como buen árbol, los frutos del Espíritu(La ortopatía). 3_La conformación poderosa de su Palabra que actúa en nosostros y en el verdadero conocimiento del Orden Divino, la sabiduría de Dios aplicada a la administración global de las cosas. (Ortodoxia) En suma, la potencia que Dios desarrolla en nosotros no se detiene, no se limita a tradiciones o mandatos humanos de religiones muertas, o bajo la tutela de leyes mundanas. Antes bien, Es el Poder de Jesucristo en nosotros para arrebatar el lugar que por años Satanás ha venido dominando como: Imperios, reinos, gobiernos, alcaldes, directores o ancianos. 2 Corintios 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. El poder de Dios en la tierra es en Cristo. Sólo así el poder de Cristo será visto en los hombres. Y los hombres vieron religión y fallaron, ya vieron tradición y fallaron. Vieron esclavitud y los hombres apoyaron la esclavitud, vieron grandes extensiones de tierra y las conquistaron, arrebataron oro, plata, costas, lagos, ríos y usaron almas de hombres para enrriquecerse. Vieron la guerra y siguieron matando a millones, con todo tipo de armas. Golpearon a mujeres, niños, negros e indios, pero siguen siendo los mismos que nunca se sacian. Pero en Cristo todo cambia, todas las cosas son hechas nuevas. Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Y ese cambio procede de la vida y la verdad que viene de Dios. Un servicio verdadero en Cristo, Una regla de oro en Cristo, el amor verdadero, y Un único Dios Verdadero, el Padre el Hijo y su Santo Espíritu. Así que estimado hermano y amigo, poseemos un don especial no para esconderlo ni temer en caso de ser perseguido. Dejemos toda vanidad y falsedad de los malos gobiernos y malos administradores y tomemos a bien servir a Cristo en donde Seamos más eficientes y eficaces. Agradandole en todo.
Efesios 4:7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Juan 1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
Ahora bien, Necesitamos como Pueblo de Dios, y nación santa, y reyes, y sacerdotes que anunciamos las virtudes de Reino de Cristo, sin temor ni cobardía. Viendo al Rey de Gloria y su majestad. No se limite hermano ha manifestar solo un Salvador sino también un Redentor Todopoderoso que está a la Diestra de Dios en las Alturas. El Reina entre nosotros en todo. Y viene pronto para confrontar a las naciones, juzgará las naciones ( gobernantes y pueblos).
Adal R
24marzo 2024