Esta historia es nuestra
La historia es pertinaz y no se limita a los textos académicos, sino que palpita en la piel y la sangre de los pueblos que la gestaron. No puede ser negada ni desvalorizada al antojo pues esta grabada en la vida y la muerte de sus hijos. Posee fechas muy sensibles con un fuerte componente simbólico que refiere a hitos que supusieron una acumulación de luchas y sufrimientos que hicieron posibles las transformaciones. Es por ello que el 16 de enero resulta ser una fecha que vive en la población salvadoreña. Recuerda la firma de los Acuerdos de Paz que introdujeron cambios políticos esenciales para la entrada de El Salvador a la modernidad. Es tanto una celebración como una conmemoración. Celebración porque festeja el fin de la guerra y el paso a la expresión libre de las ideologías. Conmemoración porque reconoce el inmenso amor de quienes, sin intereses económicos, ofrendaron sus vidas para legarnos las libertades que hoy damos por sentadas. El resultado no es perfecto, pero sobre las deficiencias que toda obra humana posee, brilla el amor al prójimo que los impulsó.
El aniversario de los Acuerdos de Paz de 2021 ha sido uno de los más celebrados y conmemorados desde el fin de la guerra. Seguramente por la injusticia que implica el despreciarlos y tratar de negarles el hondo valor que tienen. Este año, el mayor realce se lo otorgó el hecho de que las actividades fueron organizadas y ejecutadas por la misma ciudadanía. En ausencia de una iniciativa oficial las víctimas vieron cuestionada su propia experiencia y actuaron para hacer valer la veracidad de los hechos.
Las mayorías campesinas y pobres del área fronteriza con Honduras marcharon en la fecha del aniversario en una peregrinación para retomar su lucha por el libre tránsito, el derecho al trabajo, la familia, y la libertad. De igual manera para exigir el derecho a la salud de los salvadoreños residentes del lado hondureño. En el municipio de Arcatao se realizaron por la mañana torneos masculinos y femeninos de futbol, por la tarde una marcha por la paz que culminó en el anfiteatro del parque central donde se culminó con un acto cultural.
Al oriente del país, en El Mozote, diez organizaciones comunitarias y defensoras de derechos humanos realizaron un acto de desagravio junto a la población. En la capital se realizaron conversatorios, foros, publicaciones, balances, debates, entrevistas, pronunciamientos, conciertos de artistas nacionales y extranjeros y una concentración de veteranos de guerra. Ya es muy conocida la tendencia en redes del “hastag” #ProhibidoOlvidarSV, que se dice acumula ya más de 32,000 “twetts”, en los que muchas personas relatan sus experiencias personales o familiares durante el conflicto armado. Destaca en cada uno de ellos el respeto, la objetividad y la ausencia de juicios morales sobre lo ocurrido. Es solamente la narración de las vivencias. Esas que están en la memoria y que se están heredando de padres a hijos y ahora a nietos.
Cada aniversario adquiere múltiples significados para las familias, activa la comunicación sobre los hechos a través del diálogo, provoca ejercicios de reflexión y revaloración de lo conquistado. De no ser así, las lecciones podrían olvidarse. Algo que, por ahora, no se ve que pueda ocurrir. Porque el aniversario demostró que los salvadoreños piensan que sí vale la pena y, por eso, se apropiaron de la fecha y recordaron a lo grande; porque es lo que quisieron y valoran.