Ética ecológica para nuestro tiempo
En la antigüedad Tomás de Aquino se preguntó: «¿Es lícito matar a cualquier ser viviente?». Su respuesta, en sintonía con Aristóteles, fue: «Si el hombre usa de las plantas en provecho de los animales, y usa los animales en su propia utilidad, no realiza nada ilícito». En la ética de estos pensadores era patente que el ser humano se encontraba al centro. Las otras formas de vida estaban supeditadas y su valor dependía de la utilidad que prestaran a los humanos. Pero se puede argumentar en descargo de estos sabios que lejos estaban de imaginar las capacidades que el hombre llegaría a desarrollar para partir montañas, desviar ríos, secar lagos, descuajar bosques, contaminar parajes y muchos otros ecocidios.
A la luz de lo que la soberbia humana ha demostrado ser capaz, en el presente se hace necesario revisar esa ética antropocéntrica para sustituirla por una ecocéntrica, con el fin de conservar la vida tal como la conocemos. Una propuesta más acorde con nuestro tiempo afirma que el uso de los recursos naturales es correcto cuando tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica. El ser humano debe transcenderse a sí mismo rompiendo su conciencia aislada para considerar el impacto que provoca cada una de sus acciones y decisiones. La vida humana no es posible aislada de su contexto y, desde esa perspectiva, se hace imperativo el reconocimiento de una interdependencia tal cual la propone el libro de Génesis. La existencia humana es posible gracias a tres relaciones fundamentales: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra. Estas están estrechamente relacionadas y cuando se produce una ruptura surge el pecado.
La explotación utilitarista de la creación se basa y se justifica tan solo por la relación de costos y beneficios. El problema con ese criterio es que no son las mismas personas las que deben cargar con los costos y gozar de los beneficios. Por corrupción política los costos son el espacio de muerte para los pobres y los beneficios son para los que ejercitan el poder de los privilegiados sobre los excluidos del bienestar. Por lo tanto, la explotación utilitaria es una acción pecaminosa. Pero los costos no solo los paga la generación presente, sino también las venideras, con lo cual, el pecado adquiere mayor perversidad al negar la vida plena a un número indefinido de personas.
La naturaleza posee un valor que excede el uso que de ella pueda hacer el ser humano. Al depredar los ecosistemas no se logra un equilibrio entre lo que se toma y lo que se da. Las pérdidas medioambientales y los daños a las formas de vida constituyen valores que exceden todo cálculo. Cada componente natural adquiere un valor superior cuando se toma en cuenta el rol que cumple en su respectivo ecosistema. La abeja, por sí sola, parece no tener mucho valor, pero si se toma en cuenta su papel polinizador, resulta que las cosechas y el sustento humano dependen de ella. No hay nada superfluo en la creación. Cada criatura, cada planta y cada mineral, juega un importante lugar en el delicado equilibrio de las condiciones para la vida en el planeta.
El concepto de «uso racional» de los recursos debe moralmente ponerse en duda cuando quienes lo proponen se han dado a conocer por largo tiempo por su visible crisis ética, cultural y espiritual. El desprecio de los desposeídos, que exhiben con lujo de detalles, resulta un presagio del desprecio en general por la vida. La explotación del medio ambiente que proponen se convertirá, siguiendo la lógica de sus actuaciones, en la manifestación externa de su falta de sensibilidad hacia el prójimo. El sentido común conduce a prever que lo que esperaría a las comunidades sería que se les agreguen nuevos males, nuevas causas de sufrimiento y verdaderos retrocesos.
Los cristianos, como mensajeros de reconciliación, son convocados por la ética cristiana para hacer ver a los demás la importancia de valorar y defender los ecosistemas como expresión real de amor al prójimo, en especial a los más vulnerables. Debe ejercerse una abogacía para reconciliar a los humanos entre sí, con Dios y con el planeta. Es parte de la Gran Comisión a la que todo creyente es llamado.
No a la minería metálica
La acción persistente en la vida social y de la comunidad es de gran valor incomparable en relación a las palabras. La Palabra de Dios no puede quedar entre líneas y líneas, entre un renglón y otro, más bien, La palabra del Señor produce frutos cuando accionamos todo nuestro ser para el cumplimiento de la Verdad y justicia manifestada. Jesucristo dijo: Mateo 25:43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Ahí estaba el hermano, el prójimo, y pasamos de largo. Ahí vimos millones de pobres y lo más cruel que aún siendo pobres, sin nada, ni donde recostar nuestra cabeza y en el trabajo constante por el pan diario, por lograr el vestido, y cubrir nuestros pies, y enfocados en la confianza de que Dios provee y recibimos de El, nos olvidamos de los necesitados y vulnerables. Tenemos pues, un Dios de Misericordia y bondad que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Un Dios que da vida, creó los cielos y la tierra, y ha bendecido nuestra habitación con gran orden, equilibrio, utilidad y armonía, sustentadolo todo, cada cosa en su nivel de acción práctica. Hay un enemigo que desde el principio ha generado destrucción en el hombre. Cuando el hombre toma decisiones muy personales sin evaluar el contexto, ni toma encuenta la sociedad, ni respeta el medio ambiente. Entonces despoja, arrebata, golpea, infunde terror y miedo, miente y saca ventaja para engañar. La Biblia dice que Satanás es el padre de la mentira, miente desde el principio. Juan 8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y así, el camino de Satanás es matar, hurtar y destruir. Es el camino de muerte. El pecado en el hombre conduce a esas obras infructuosas, y la retribución por el pecado es muerte. Cristo apareció para deshacer las obras del diablo. Hermanos esta es hora, donde todos los creyentes debemos de actuar ya, debemos confiar en Dios y hacer su voluntad, que su palabra se vea en nosotros. Lo mejor que podemos hacer es que nuestra fe actúe en amor. Y el amor no hace mal a nadie. Dios es amor, Dios es manifestado en el amor de Jesucristo a favor de la humanidad. Jesús es el Dador de la vida, y las cosas que desde el principio han estado mal a causa de la desobediencia y la rebelión(desligarse de Dios en las decisiones y acciones), ahora Cristo apareció para deshacer las obras malas del imperio del mal. Necesitamos actuar a favor de la vida, porque si evangelizamos nuestra comunidad y sociedad pero pasamos de largo la muerte, la barbarie, la crueldad de un gobierno que ha reactivado la minería metálica, es obra sin fruto. En este país, Proteger el medio ambiente es actuar a favor de los pobres, desnudos, descalzos, perseguidos, destruidos por el imperio del mal. La fe sin obras es muerta. Porque Dios no desea que con un ojo evangelicemos y con el otro no veamos los débiles y marginados. Son millones los afectados por tanta mentira y engaño de los gobiernos inhumanos. Y po ese lado inicia el misterio de iniquidad. No rinden cuentas a Dios, solo buscan el beneficio personal y al dios oro. Pero Dios nos ha llamado, se ha revelado y hemos visto los pies del Bendito para seguir sus paso. Hacer el bien en medio de los hombres es parte del Reino de los cielos. Lo que sucede es que siempre pensamos que Dios lo hara todo, y nosotros estaremos como florero, pero Dios por medio de su Espíritu nos dio dones, talentos, ministerios, habilidades extraordinarias para dar honra y gloria a Dios en cada acción. Nuestra labor Dios la ve y no la ha olvidado, cada cual recibirá su recompensa.
Como una invitación, en este tiempo Enero 2025, al ver la necedad de un gobernante ilegal que da inicio a la minería metálica, se debe sacar firmas dentro de la congregación para que no proceda con semejante muerte y destrucción en este país. Se dice que los tales pagaran recibos de agua y luz en este mes de enero, pero eso suena como torcerle el brazo a la población para que no firme en contra de la minería metálica. Es de considerar o sopesar qué vale mas: El oro o la vida. Digamos no a la minería metálica.
Adal R
18enero2025