La alegría de los profetas

El significado etimológico de la palabra «profeta» es una persona que habla en nombre de otra. Popularmente se asocia a los profetas con las predicciones, de manera que llegan a ser considerados una especie de adivinos que anuncian acontecimientos futuros. Si bien es cierto que, algunas veces, los profetas anunciaron hechos futuros, no era esa su función esencial. La mayor parte de los contenidos de los libros proféticos en la Biblia, son interpretaciones de la voluntad de Dios. Los profetas buscaban orientar a sus contemporáneos y les indicaban el camino a la conversión. Las escasas ocasiones en las que esas exhortaciones hacían referencias al futuro, era como resultado de reflexiones éticas: si se volvían al Señor serían bendecidos, si se empecinaban en alejarse de él nada podría salirles bien.

Algunos profetas tuvieron experiencias místicas, pero la mayoría fueron hombres que deseaban iluminar su presente desde la palabra de Dios. Estaban convencidos de que Dios es justo y, a partir de allí, señalaban la corrupción y los abusos de su tiempo para llamar a la conversión y hacer la voluntad de Dios. En otras palabras, los profetas fueron personas valientes que se atrevieron a expresar las exigencias divinas en tiempos de crisis moral. Casi siempre eso lo hicieron en una abierta confrontación con los gobernantes y poderosos.

Algunos de los profetas fueron de origen campesino, como Elías quien fue un montañés, rústico, solitario y de pocas palabras, pero que tuvo el coraje de confrontar personalmente al rey en una época cuando la fidelidad al Señor costaba la vida. Otros fueron hijos de nobles, con educación privilegiada y grandes capacidades políticas y administrativas, como es el caso de Daniel y sus tres amigos. Otros fueron ascetas como Juan el Bautista, alejado de la ciudad, célibe y muy austero, pero con una influencia social tan poderosa que no podía ser subestimado por el rey y su corrupta esposa.

Al confrontar a los poderosos, era de esperar que los profetas experimentaran diversas formas de acoso y persecución. Jeremías fue tildado de traidor y apátrida. Amós fue menospreciado y amenazado. Elías recibió amenazas de muerte. A Eliseo lo ridiculizaron y le faltaron burlonamente al respeto. «Experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra».

Corona del precioso linaje de los profetas fue Jesús, el profeta por excelencia, quien también fue insultado, ridiculizado, rechazado por su familia, odiado, torturado y asesinado. Pero si las cosas son así para los profetas ¿por qué no callan de una vez? ¿Qué les impulsa a continuar con tan obstinada y peligrosa vocación? Es simplemente por la felicidad de saber que se hace lo correcto. Por la satisfacción del deber cumplido, la tranquilidad de haber advertido, iluminado y declarado lo que el Señor demanda. De esa bienaventuranza es de la que Jesús habló cuando expresó: «Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes».

Lejos de desalentarse, los profetas se consideran avalados y certificados cuando la persecución arrecia contra ellos. Los ataques y el odio se traducen en certeza de andar por el camino correcto. En lugar de desanimarse y retroceder, sonríen con esperanza.

Pero esa bienaventuranza no es solo para aquellos que poseen la vocación profética. Es también para el pueblo del Señor en general, cuando ese pueblo se atreve a expresar la palabra de Dios en su tiempo concreto. A eso es a lo que los teólogos le llaman el rol profético de la iglesia. Un rol al que todo el pueblo del Señor es llamado a participar y, por el cual, también recibirán burlas, odio y desprecio. Pero esa es justamente la alegría de los profetas: ser tenidos por dignos de la dicha del rechazo.

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One Response to “La alegría de los profetas”
  1. Adal R dice:

    Muchos ejemplos encontramos en las sagradas Escrituras de pregoneros de justicia y profetas. No decayeron ni renunciaron al llamado profético por muy fuerte que fueran los vientos de impiedad y engaño. Pero debemos mencionar que la persecución que se da contra los profetas o veceris de la verdad, se presentan dos grupos de opresores: Primero, surgen dentro de los mismos linderos del campo de acción de los profetas. Estos falsos hermanos persiguen a los verdaderos creyentes que desarrollan el rol profético. Es un grupo de mundanos e impíos que se visten de ovejas, que tienen nombre de ser creyentes, que viven cerca, que siguen muy de cerca a los ministros del Reino. Pero cuya intención es el vientre, es el negocio, la plata y el oro, son una especie de engañadores dentro de la iglesia que por años viven de la religión y de aprovechan cualquier puerta mal cerrada o descuido espiritual. Recuerden cuando Nehemias restauraba los muros de Jerusalén: Esdras y Nehemías encontraron opositores, engañadores, metidos, gente sin principios ni valores del Eterno. Entre los tales estaba Sambalat que se enfureció y se burlaba cuando se construían las murallas, Nehemías:4 [7] Pero sucedió que cuando Sanbalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod oyeron que proseguía la reconstrucción de los muros de Jerusalén y que las brechas habían comenzado a ser cerradas, se encolerizaron mucho. [8] Conspiraron todos juntos para venir a combatir contra Jerusalén y causarle daño.
    Tobías que trataba de atemorizar al pueblo, y una tal profetisa Noadías de igual manera. Nehemías:6 [14] ¡Acuérdate, oh Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas obras suyas, y también de la profetisa Noadía y de los otros profetas que trataban de intimidarme! Así que no es trabajo (la persecución ) solo de los de afuera sino que dentro de las mismas congregaciones hay zorras y malos obreros que van dañando al rebaño y amedrentan a los pocos que quedan. Son emisarios del diablo. Creo que la gran labor de los ministros es la profética, de enseñar la Verdad, de predicar la Palabra de Dios, de derribar muros de impiedad, de anunciar el Reino y los valores eternos, de concientizar a los hombres para la Justicia, el bien, las buenas acciones ( que son nuestras vestiduras de lino fino). Sobretodo cada creyente posee un papel o rol profético que no podemos dejar de lado. Omitir este Rol sería no cumplir la gran comisión. Porque no solo anunciamos con palabras sino más bien con las acciones, ahí donde estemos, ahí donde hemos Sido llamados por El Espíritu de Dios. Un cristiano nunca está inactivo, somos piedras vivas, como luminares en el mundo anunciando la Verdad. Es tan evidente que habrá descontento y malestar, ya que el mundo está en oscuridad y aquellos que se visten de religión como «angeles» de falsedad y mentira se oponen y persiguen a los pregoneros de justicia. Aún teniendo su nido o cueva en los atrios de la casa de Dios. Los fariseos persiguieron a Jesús, y Cristo los confrontó con la Verdad, y Cristo les Volcó las mesas a los cambistas y mercaderes del templo. Nehemías le sacó todos muebles y cosas a Tobías que tenía en el atrio del templo. Note: Nehemías:13 [7] y cuando llegué a Jerusalén comprendí el mal que había hecho Eliasib en atención a Tobías, preparándole una cámara en los atrios de la casa de Dios. [8] Esto me desagradó muchísimo y arrojé fuera de la cámara todos los enseres de la casa de Tobías. [9] Luego ordené que limpiaran las cámaras e hice volver allí los enseres de la casa de Dios con las ofrendas vegetales y el incienso.
    Así que, Cristo dijo que habría persecusión, matanzas, calumnias y los enemigos serían aún los de casa. No tengamos miedo ni que lo vano domine tu ser, seamos valientes hermanos y luchemos con valor. Esta palabra debe ser predicada sin cambiar u omitir todo el consejo de Dios. Si hay gobiernos que pretenden controlar todo(Estado de cuentas) escarbar, buscar minas, siendo los gobernantes que no rinden cuentas y han delinquido al mandato de Dios robando fondos publicos, y acusan y amedrentan con metralla y pistola, y juntamente con sus emisarios religiosos van oprimiendo y pisoteando a los pobres., Ya que les importa más sus interés o negocios que el bienestar de los más vulnerables. ¿Que hacer? Cristo está a las puertas, Cristo está con nosotros como poderosos Gigante, y en su Nombre: Echemos fuera a satanás y sus cosas para que en nosotros Reine Cristo siempre, y le sirvamos con gozo anunciando la Justicia y la verdad. Reprendamos a Jezabel y sus falsos profetas, echemos fuera a Balaam, y renunciemos a toda obra de maldad y avaricia que se mueven en el ambiente o contexto social.
    1 Tesalonicenses 2:5 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 2 Corintios 2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

    Adal R
    25junio2023

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