La cultura del vivo
Stanley Rycroft reflexionando sobre el carácter de los conquistadores españoles escribe: ‘Había una mezcla extraña de características contradictorias en el carácter del conquistador español: de una parte, la crueldad excesiva y la codicia sin límite; de la otra una generosidad sorprendente. Por un lado la anarquía y por el otro la fidelidad absoluta al rey».
A través de los siglos, las paradojas de la cultura del conquistador han sobrevivido hasta nutrir nuestra actual cultura nacional, la que podría calificarse como la cultura del vivo: esos patrones de conducta contradictorios que son observables a nuestro alrededor, principalmente por aquellos dispuestos a admitir la verdad.
El vivo pondera su palabra como sagrada, pero él mismo quebranta sus compromisos y promesas. Las promesas se las suele llevar el viento, los grandes principios resulta que eran sólo conveniencias temporales y las convicciones más firmes no eran más que opiniones de una mentalidad siempre en cambio.
En la cultura del vivo es común para los hombres el tener «queridas». Y si no es posible cumplir con los votos matrimoniales ¿cómo se espera mantener la palabra en los negocios, la política u otras relaciones?
El vivo ensalza a la mujer con el elogio, la canción y la poesía pero en lo privado la acosa, la deshonra y la usa. El vivo conduce su autobús o camión, cargándose muy de cerca de los vehículos de señoras y señoritas, para ver las piernas de las conductoras quienes, para mayor comodidad, se suben modestamente sus faldas al tomar el volante.
Cuando una mujer pasa al lado de un grupo de hombres el ritual es bochornoso. Sobre todo si la mujer es de clase más humilde, joven, extraña en el lugar o por tener mala reputación. Hasta los niños la provocan y humillan de palabra y gesto, comportándose como una jauría.
El vivo adula y actúa servilmente a los hombres que detentan el poder, pero a sus espaldas les desprecian descaradamente. Se le da gran valor a los títulos (no siempre reales) como «doctor», «licenciado» y «profesor», como formas de gratificación personal.
Lo mismo sucede con los símbolos de poder como las medallas, los uniformes, las joyas, los vehículos. Cosas que por sí no tienen nada de malo hasta el momento en que quienes los ostentan demandan la adulación y el avasallamiento de quienes no los poseen, lo que es deshumanizante, tanto para uno como para el otro.
En la cultura del vivo la basura se arroja en el centro del parque, donde juegan los niños, para no tener que dar unos pasos más al basurero más cercano. Es la utilización de los demás para el beneficio propio. El lugar por excelencia para ello son los puestos públicos, donde se practica la vergonzosa regla del no me den, pónganme donde hay.
Pero la cultura del vivo también permea a los empresarios, llevándolos a desperdiciar su talento empresarial en la búsqueda de riquezas rápidas, a descuidar la inversión a largo plazo, a pagar salarios miserables y a fijar precios inflados con márgenes de ganancia exorbitantes.
Pero como se trata de una cultura que permea toda clase social, el vivo también se encuentra entre los empleados quienes se ocupan, no de avanzar en el empleo, si no sólo en cumplir con sus horas, trabajando lo menos posible y buscando qué robar. La mentalidad de aprovecharse de los demás es una predisposición mental, que impide a las personas alcanzar su potencial.
Hasta que las personas adquieran una mentalidad transformada por el evangelio de Jesús, hemos de seguir adoleciendo de la cultura del vivo para nuestro propio mal y retraso.
Es muy determinante conocer la motivación conductual y volitiva que se manifiesta en los hombres, cuando hay deseo intenso, aberrante, desmedido por cosas, posiciones, nombres, reconocimientos, sillas, voluntades ajenas y hasta fantasías para el mismo hombre o su propio yo. Veamos los textos que nos invitan a prestar más atención a las cosas del Reino de los cielos y a nuestro Dios.
1_Mirando cada uno por los intereses del otro, o más bien procurar interesarse en los demás. Filipenses 2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Cristo así lo hizo, se interesó por los pecadores, nos amó con amor eterno, padeció por nosotros, pagó la deuda ajena. Sufrió la muerte y muerte de Cruz, y al resucitar nos dio vida juntamente con Él. Él Señor ha manifestado ese estilo de vida y amor. Y ese proceder de Cristo es evidente como testimonio aprobado por el Padre.
2_Buscar lo de Cristo o mas bien trabajar y manifestar el Reino de los cielos: Filipenses 2:21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
Es decir, que nuestras dos importantes direcciones es Dios primeramente y El prójimo. Es la entrega de poner nuestras vidas al servicio de Dios y nuestros semejantes. No hay valor y amor más grande que negarnos a nosotros mismos y buscar el bienestar de los demás. Pero la mentalidad que ha dominado y sigue dominando a los hombres es buscar sus propios intereses, vivir su propia vida, dando mayor importancia a sus beneficios, intereses, negocios. El hombre desea crecer, crecer, buscar lo propio como algo ilimitado. Esos motivos pudieran estar bien si realmente iniciarán en la perspectiva correcta bajo la Norma de Dios: Cristo en nosotros estamos completos, Cristo es la plenitud de Dios, en Cristo encontramos la plenitud y realización. En estos dos texto anteriores se determina el énfasis: Primero en buscar el bienestar de los demás e interesandos por ellos. Como respetando, honrando, atendiendo, ayudando, bendiciendo, dando pan y agua, cubriendo de alguna manera necesidades humanas apremiantes. En segundo lugar, Buscar las cosas del Reino de los cielos, Es decir, buscar la exaltación de Cristo, su Reino y su Gloria eterna. Ya que la voluntad del Padre ha sido Exaltar a su Hijo hasta lo sumo, La fuente de vida eterna. Nuestra salvación y llamado posee ese sello de engrandecer al Dios Eterno. Elegidos para Glorificar su Nombre en nuestra vidas. En Cristo está escondido todo conocimiento, toda sabiduría, todo lo verdadero, lo justo y bueno. Cuando no está Cristo morando en el corazón, otros son los intereses y deseos. Todo cambia cuando el inicio está mal y el fundamento no es el Señor. Esta es la cultura de todo aquel que vive para sí, «viviendo» está muerto en sus delitos y pecados. Es una conducta vanidosa por sobreponerse en toda situación para ganar, granjear, tomar para sí mismo, cuyo interés es su yo. Sus intereses y deseos van primero, no importando si despoja a otros, golpea a otro, arrebata cosas sutilmente, seduce voluntades y engaña. Es una mezcla de narcisismo (Admiración excesiva que alguien siente por sí mismo), orgullo personal que genera acciones injustas para satisfacer su propio yo. Es el amor propio que destruye a los demás, que desvaloriza, reduce, manipula y pisotea a las personas. Es una conducta de muerte no de vivo, es una actitud interna que busca beneficios personales sin importar que medios violentos utiliza, o la forma que defrauda a otros para satisfacer su intereses. Dentro de todo esta manera de actuar se nota las obras de la carne o los deseos meramente indecentes, injustos, indecoroso, vanidosos, mentirosos, es la soberbia y la mentira, como la manera de vivir. Considero que no se le puede llamar la cultura del vivo, puesto que es todo lo contrario, es la cultura de la muerte. La cultura del error, la cultura del Yo, la cultura sin Dios. Donde no existe arrepentimiento, ni confesión del pecado ni un verdadero reconcilió con Dios. No hay humillación baja la poderosa mano de Dios. Y como consecuencia hay maltrato a los demás, violencia, engaño y jactancia. Una forma necia de vivir sin la sabiduría de Dios.
El Señor dijo: Marcos 8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Lucas 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Esta verdad lo dijo para todos, tanto para sus discípulos como para la gente que le seguía. Asi que en Cristo, No hay favoritismo ni acepción de personas, es una manera de actuar y hacer las cosas, negarse a sí mismo. Esto implica que debe de haber ese sentir que hubo en Cristo: manso y humilde de corazón. Filipenses 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. Hermanos en Cristo y estimados amigos, lo que cuesta para el hombre es dejar el orgullo, vencer su yo, dejar de adorarse, vencer su propio yo. Pablo le decía en 1 Timoteo 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. El problema más grande para el hombre es el mismo. Nos defendemos a capa y espada, juzgamos a otros con nuestro dedos pero hay Uno que nos conocen bien y a Él no podemos engañar. Como espirituales hacemos grandes diferencias entre uno y otro, emitimos juicios y aprobamos disciplinas que ni nosotros mismos podemos hacer. Pero protegemos nuestros propios intereses como líderes o ministros. Olvidamos que hay uno que ve todo. Los negocios humanos exigen muchos de sus empleados pero pagan poco o nada. Recuerdo, que ciertas personas no llegan a sus labores y sus papeles y oficios recaen en su compañeros. Muchos llegan sólo a retirar el cheque el día de pago. Otros hacen planillas fantasmas como nombres de difuntos o desactivados, pero cobran tales salarios al Estado. El gobierno persigue alguno delincuentes de los de a pie, gente de la esquina. Pero dentro del Estado han habido por años( hijos y nietos de aquellos déspotas antiguos) una argolla de delincuentes intocables que han despojado a muchos de sus tierras y propiedades. Y la condición fraudulenta sigue dentro de las estructuras, hablan de bienestar de manera jactanciosa en periódicos y tv, pero los mismos actos delictivos de peculado y robo esta en acción, y sigue en el mismo ritmo. Y aún no hay rendición de cuentas. Los militares y soldados en su servilismo, persiguen familias enteras sin una eficiente investigación, antes bien, ven qué pueden robar dentro de las casas de los indefensos, ubicando y abusando de mujeres o tomándolas a la fuerza, intimidandolas. Los conductores no les importa el peatón, la gran contaminación en la ciudad hace desfallecer jovenes, niños y ancianos. Para algunos constructores no hay espacio para los marginados, pobres, y vendedores. Los del CAM les arrebatan la mercadería, los intimidan y amedrentar. Un sistema de cosas que destruye a los más desposeídos. El mundo caído busca engrandecer, busca lo suyo, busca su gloria y reino. El mundo caído busca un hombre con ese nivel de desprecio, de avaricia, de arrebatar y quitar, busca un hombre que sea el 666, es decir el yo, yo y yo. Pero no les importa El Reino de Cristo, ni la Gloria de Dios.
Esa es la manera de vivir, que no es cultura del vivo, sino que es la cultura del necio y avariento, es la cultura de los moradores de la tierra. Es la cultura de la muerte. De aquellos que nunca se rindieron a Cristo ni se negaron a sí mismos.
Para cerrar esta sección interesante Leamos lo que dice el texto bíblico acerca de LOS AMADORES DE SI MISMOS.
2 Timoteo 3: 1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
Adal R
11agosto2024
LOS AMADORES DE SI MISMOS
Es muy determinante conocer la motivación conductual y volitiva que se manifiesta en los hombres, cuando hay deseo intenso, aberrante, desmedido por cosas, posiciones, nombres, reconocimientos, sillas, voluntades ajenas y hasta fantasías para el mismo hombre o su propio yo. Veamos los textos que nos invitan a prestar más atención a las cosas del Reino de los cielos y a nuestro Dios.
1_Mirando cada uno por los intereses del otro, o más bien procurar interesarse en los demás. Filipenses 2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Cristo así lo hizo, se interesó por los pecadores, nos amó con amor eterno, padeció por nosotros, pagó la deuda ajena. Sufrió la muerte y muerte de Cruz, y al resucitar nos dio vida juntamente con Él. Él Señor ha manifestado ese estilo de vida y amor. Y ese proceder de Cristo es evidente como testimonio aprobado por el Padre.
2_Buscar lo de Cristo o mas bien trabajar y manifestar el Reino de los cielos: Filipenses 2:21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
Es decir, que nuestras dos importantes direcciones es Dios primeramente y El prójimo. Es la entrega de poner nuestras vidas al servicio de Dios y nuestros semejantes. No hay valor y amor más grande que negarnos a nosotros mismos y buscar el bienestar de los demás. Pero la mentalidad que ha dominado y sigue dominando a los hombres es buscar sus propios intereses, vivir su propia vida, dando mayor importancia a sus beneficios, intereses, negocios. El hombre desea crecer, crecer, buscar lo propio como algo ilimitado. Esos motivos pudieran estar bien si realmente iniciarán en la perspectiva correcta bajo la Norma de Dios: Cristo en nosotros estamos completos, Cristo es la plenitud de Dios, en Cristo encontramos la plenitud y realización. En estos dos texto anteriores se determina el énfasis: Primero en buscar el bienestar de los demás e interesandos por ellos. Como respetando, honrando, atendiendo, ayudando, bendiciendo, dando pan y agua, cubriendo de alguna manera necesidades humanas apremiantes. En segundo lugar, Buscar las cosas del Reino de los cielos, Es decir, buscar la exaltación de Cristo, su Reino y su Gloria eterna. Ya que la voluntad del Padre ha sido Exaltar a su Hijo hasta lo sumo, La fuente de vida eterna. Nuestra salvación y llamado posee ese sello de engrandecer al Dios Eterno. Elegidos para Glorificar su Nombre en nuestra vidas. En Cristo está escondido todo conocimiento, toda sabiduría, todo lo verdadero, lo justo y bueno. Cuando no está Cristo morando en el corazón, otros son los intereses y deseos. Todo cambia cuando el inicio está mal y el fundamento no es el Señor. Esta es la cultura de todo aquel que vive para sí, «viviendo» está muerto en sus delitos y pecados. Es una conducta vanidosa por sobreponerse en toda situación para ganar, granjear, tomar para sí mismo, cuyo interés es su yo. Sus intereses y deseos van primero, no importando si despoja a otros, golpea a otro, arrebata cosas sutilmente, seduce voluntades y engaña. Es una mezcla de narcisismo (Admiración excesiva que alguien siente por sí mismo), orgullo personal que genera acciones injustas para satisfacer su propio yo. Es el amor propio que destruye a los demás, que desvaloriza, reduce, manipula y pisotea a las personas. Es una conducta de muerte no de vivo, es una actitud interna que busca beneficios personales sin importar que medios violentos utiliza, o la forma que defrauda a otros para satisfacer su intereses. Dentro de todo esta manera de actuar se nota las obras de la carne o los deseos meramente indecentes, injustos, indecoroso, vanidosos, mentirosos, es la soberbia y la mentira, como la manera de vivir. Considero que no se le puede llamar la cultura del vivo, puesto que es todo lo contrario, es la cultura de la muerte. La cultura del error, la cultura del Yo, la cultura sin Dios. Donde no existe arrepentimiento, ni confesión del pecado ni un verdadero reconcilió con Dios. No hay humillación baja la poderosa mano de Dios. Y como consecuencia hay maltrato a los demás, violencia, engaño y jactancia. Una forma necia de vivir sin la sabiduría de Dios.
El Señor dijo: Marcos 8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Lucas 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Esta verdad lo dijo para todos, tanto para sus discípulos como para la gente que le seguía. Asi que en Cristo, No hay favoritismo ni acepción de personas, es una manera de actuar y hacer las cosas, negarse a sí mismo. Esto implica que debe de haber ese sentir que hubo en Cristo: manso y humilde de corazón. Filipenses 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. Hermanos en Cristo y estimados amigos, lo que cuesta para el hombre es dejar el orgullo, vencer su yo, dejar de adorarse, vencer su propio yo. Pablo le decía en 1 Timoteo 4:16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. El problema más grande para el hombre es el mismo. Nos defendemos a capa y espada, juzgamos a otros con nuestro dedos pero hay Uno que nos conocen bien y a Él no podemos engañar. Como espirituales hacemos grandes diferencias entre uno y otro, emitimos juicios y aprobamos disciplinas que ni nosotros mismos podemos hacer. Pero protegemos nuestros propios intereses como líderes o ministros. Olvidamos que hay uno que ve todo. Los negocios humanos exigen muchos de sus empleados pero pagan poco o nada. Recuerdo, que ciertas personas no llegan a sus labores y sus papeles y oficios recaen en su compañeros. Muchos llegan sólo a retirar el cheque el día de pago. Otros hacen planillas fantasmas como nombres de difuntos o desactivados, pero cobran tales salarios al Estado. El gobierno persigue alguno delincuentes de los de a pie, gente de la esquina. Pero dentro del Estado han habido por años( hijos y nietos de aquellos déspotas antiguos) una argolla de delincuentes intocables que han despojado a muchos de sus tierras y propiedades. Y la condición fraudulenta sigue dentro de las estructuras, hablan de bienestar de manera jactanciosa en periódicos y tv, pero los mismos actos delictivos de peculado y robo esta en acción, y sigue en el mismo ritmo. Y aún no hay rendición de cuentas. Los militares y soldados en su servilismo, persiguen familias enteras sin una eficiente investigación, antes bien, ven qué pueden robar dentro de las casas de los indefensos, ubicando y abusando de mujeres o tomándolas a la fuerza, intimidandolas. Los conductores no les importa el peatón, la gran contaminación en la ciudad hace desfallecer jovenes, niños y ancianos. Para algunos constructores no hay espacio para los marginados, pobres, y vendedores. Los del CAM les arrebatan la mercadería, los intimidan y amedrentar. Un sistema de cosas que destruye a los más desposeídos. El mundo caído busca engrandecer, busca lo suyo, busca su gloria y reino. El mundo caído busca un hombre con ese nivel de desprecio, de avaricia, de arrebatar y quitar, busca un hombre que sea el 666, es decir el yo, yo y yo. Pero no les importa El Reino de Cristo, ni la Gloria de Dios.
Esa es la manera de vivir, que no es cultura del vivo, sino que es la cultura del necio y avariento, es la cultura de los moradores de la tierra. Es la cultura de la muerte. De aquellos que nunca se rindieron a Cristo ni se negaron a sí mismos.
Para cerrar esta sección interesante Leamos lo que dice el texto bíblico acerca de LOS AMADORES DE SI MISMOS.
2 Timoteo 3: 1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
Adal R
11agosto2024