Las iglesias y la maña política
El ambiente para las elecciones presidenciales de 2009 era intenso. Como había ocurrido en elecciones anteriores, las iglesias evangélicas eran vistas como posibles instrumentos de captación de votos. Eso suponía un peligro para las mismas iglesias y para la misión cristiana. En ese contexto publiqué, en diciembre de 2008, el artículo de opinión que a continuación reproduzco. La razón de reeditarlo es con miras al próximo inicio formal de la campaña electoral para las elecciones del próximo año en las que, como es de suponer, las puertas de las iglesias serán tocadas de nuevo en busca de apoyo partidario.
En la medida que continúa la campaña política vemos, al igual que en procesos electorales anteriores, a algunos pastores y gremios de pastores comprometiéndose en matrimonio con partidos políticos. En muchos casos, los desposorios responden solamente a los intereses de dichos pastores y asociaciones y nada tienen que ver con los auténticos intereses de la Iglesia como agente del reino de Dios en la tierra.
La Iglesia, como tal, no puede ni debe sujetarse a ningún proyecto político humano. Su vocación es mucho más alta y trasciende el tiempo y el espacio. Hasta que llegue la hora veinticinco existirá siempre una prevalencia constante de la esperanza sobre la historia. El Nuevo Testamento lleva muy lejos la esperanza al expresar que el fin último de la historia es el de «reunir todas las cosas en Cristo» (Efesios 1:10).
La reconciliación universal se convierte en la razón del ser y del quehacer de la Iglesia. Esa esperanza trasciende las posibilidades humanas y aunque puede tener más o menos elementos en común con algunos ideales humanos nunca es equivalente a ellos. La reserva escatológica impide endiosar una opción política, porque guarda solo para el reino de Dios la fidelidad absoluta. Justino expresó no considerarse platónico «no porque las doctrinas de Platón sean ajenas a Cristo, sino porque no son del todo semejantes». Desde esa perspectiva, cualquier alianza que la iglesia haga con una propuesta partidaria, endosándola y santificándola, le significará una enorme pérdida y un extravío del camino.
La Iglesia, como Cuerpo de Cristo, se renueva como organismo viviente en cada paso de la vida. Por ello, la iglesia es siempre actual. Pero cuando la iglesia contrae nupcias con una expresión partidaria que está destinada, como todo lo humano, a envejecer y desaparecer su carácter vital y transformador comienza a marchitarse. Cuando los cristianos, que deberían ser siempre innovadores, no son capaces de ver su propuesta a la luz de la esperanza escatológica, se convierten inmediatamente en conservadores. Entonces, en lugar de ser fermento se vuelven preservantes de aquello que debe pasar.
La espera de la hora veinticinco no significa en ninguna manera la indiferencia o la inactividad de la iglesia frente a los grandes desafíos y problemas actuales. Por el contrario, el mandato del amor obliga a los cristianos a comprometerse profundamente con las causas justas y con la promoción de la reconciliación en un mundo dividido y enfrentado. Todos aquellos esfuerzos que se alinean con la gran esperanza cristiana serán recibidos y apoyados por los cristianos. No por lo que aquellos son en sí mismos sino por lo que de la esperanza recogen.
Los cristianos acogen cuanto de bueno tiene cualquier esperanza intramundana, pero sin doblar la rodilla ante ella, porque tienen promesas mejores; porque deben distinguir entre «las pequeñas esperanzas» y la «gran esperanza», como decía Barth; o entre «lo penúltimo» y «lo último», como decía Bonhoeffer.
La esperanza escatológica impide poner a la Iglesia al servicio de «un»proyecto político concreto. Bajo ningún sentido es aceptable tal transigencia. Menos cuando se la hace por obtener pequeñas ventajas que favorecerán a una iglesia local o, peor, a un dirigente religioso. Todavía existen quienes transan su primogenitura por un plato de lentejas.
La reserva escatológica impide absolutizar no sólo la política, sino cualesquiera otros éxitos humanos. El llamado y la vocación de la Iglesia son mucho más altos. Su misión es iluminar el camino anunciando la verdad, promoviendo la justicia e ilustrando el amor. Pero tal llamado queda invalidado cuando se desposa con la maña política, antítesis de su vocación.
Jesús Superior en Todo
Colosenses 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Es importante el pleno sometimiento a Dios, a nuestro Rey de reyes dentro de la Iglesia y en todos los campos de la vida. Debemos actuar conforme a la voluntad de Dios. Porque Cristo es superior a todo: a lo visible e invisible, a lo presente y futuro, a dominios y potestades, superior a gobiernos y naciones, a Pueblos y sociedades. Cristo es superior en Todo porque el es La plenitud Dios.
1 El Evangelio del Reino: Es Cristo Jesús y no hay otro Nombre para ser salvos y totalmente libres. Juan 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
El punto de partida de nuestra cosmovisión no sale de argumentos humanos, ni del superhombre, ni un imperio de este mundo, ni lo visible y tangible como oro o plata, que a muchos ha hundido. Nuestros ojos no están puestos en las cosas de abajo sino en Cristo Jesús, en las cosas de arriba. Conocemos de primera mano el uso de las cosas, pero no me dejaré dominar de ellas. Con esto no se pretende ser más religioso que otro, o más espiritual que otro. Sencillamente debemos poner la mirada en Jesús, de quien proceden todas las cosas, en el poder de su Palabra por medio del cual fue hecho todo el Universo y el hombre que es polvo de la tierra. Nuestra cosmovisión se origina en Dios, en su Palabra. Y para recalcar finalmente de manera convincente, práctica y útil al mismo hombre: De Cristo surge el Bien y viene la vida para los hombres. De modo que todo ese punto principal es Cristo el Señor. El poder político termina, la ciencia humana es parcial, ni el sistema económico excluye, lo político y lo religioso unidos no logran la plena liberación. El Dueño de todo es Jesucristo Nuestro Señor y Dios. De El y para El, creemos en El y por lo cual vivimos. En tres aspectos se enfatiza esto:
Primero, el contenido AT está apuntando a ese Nombre Glorioso: El Hijo de Dios. Profetas, señales, milagros y muchos portentos, entre figuras, tipos, voces y salmos del Reino de Dios. Arribamos a Juan Bautista que nos dice: he aqui el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Segundo, Y Dios nos ha hablado en este postrer tiempo por medio de su Hijo, y en Cristo la salvación para el mundo. Aquí ya nos encontramos con la plenitud de la Deidad, con el Mesías príncipe, con La Roca Eterna que golpea todo imperio de este mundo, derribandolo, y destruyendo toda altivez y maldad. Por medio de su cuerpo, en su muerte destruyó al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo. Hebreos 2:14.
Tercero, Y aún hay más su Reino no tiene límite. Se extenderá por todo el mundo y por toda la creación. Isaías 9:7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de El Señor de los ejércitos hará esto. Cuyo propósito es ordenar la creación perfeccionando las cosas para Gloria de Dios. Efesios 1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
De modo que, todo apunta a Cristo y en El se reúnen todas las cosas para la exaltación de Dios, Esa exaltación que hace Jesucristo en el hombre no es más que con el propósito para La Gloria Eterna de Dios. Su Reino no tiene límites, Todo es de El y para El. Entonces ¿Quienes han de perder aquí? Son aquellos que no desean ni quieren someterse a la voluntad de Dios, Son aquellos no creen al Evangelio ni tampoco obedecen a la palabra. Si Hoy no se someten a Cristo mañana tendrán pérdida eterna: que es la segunda muerte. Hoy viven su vida mañana perderán su vida alejados de Dios. Hoy dicen gobernar a su antojo y sin criterio constitucional (las cuerdas de Dios) asimismo ellos mañana perderán el reino como lo perdió Herodes el Grande con toda su maldad y crueldad, matando niños indefensos, hoy tienen nombre de que viven y entre oropel de la apariencia, codicia, usurpación y avaricia, pero mañana lo perderán todo y será allanado, vacíos y triturados. Hoy niegan al Bendito y se averguenzan de Cristo, mañana seran desechados delante del Padre y de los ángeles. Y así podemos seguir escarbando lo escondido de los gobiernos e imperios dados al hambre de sangre humana. Pero ya Dios lo ha visto y tiene un día establecido donde pedirá cuentas al hombre.
Entonces, si todo le pertenece a Cristo, es en vano Servir a un sistema corrupto que cada día se aleja de Dios. Todo los proyectos humanos deben ser útiles en las manos de Dios. Pero todo lo que está dañando al mismo hombre y segregando pueblos enteros, explotando seres humanos, dañando la dignidad humana, arruinando la sociedad entera con droga, placeres, homosexualidad, guerras, pleitos, robos, corrupción estatal, y el surgimiento de grupos asesinos que dañan la armonía y el amor mutuo. Maniáticos pistoleros matando a diestra y siniestra. Todo esto debe terminar. Y el punto principal para obrar haciendo el bien es En Cristo El Señor. Aún hasta las religiones son instrumentos de sometimiento humano para preservar el sistema de cosas perversas e imperantes que por siglos han dañado y engañado al mismo hombre con ídolos mudos, con piedras negras, con tumbas y polvo de la tierra. Sólo paja y hojarascas, Con muñecos y espejismos, con trampas y tráficos de drogas distribuido por el mundo, Con cuentos y vanidades de religiones muertas. ¡Momento! hay solución en Cristo Jesús. 1 Juan 3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 1 Juan 3:8b Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
II. Cristo Jesús en el contexto.
No debemos olvidar que toda la obra de Cristo se desarrolló en un tiempo muy difícil para el pueblo judío. En tiempos de Pompeyo, año 65 a 63 antes de Cristo Palestina cayó en poder de los romanos y fue declarada provincia romana en unidad con Siria.
El panorama histórico es muy complejo Hacia el 37 a. C., Herodes «el Grande», que era de ldumea (pueblo al sur de Judea) y, por lo tanto, extranjero, obtiene de Roma el título de «rey» y gobierna despóticamente hasta el 4 a. C.
Este Herodes «el Grande» es quien da la orden de matar a los niños de Belén. Mateo 2: 16 Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.
Pero como todo político astuto que busca perpetuar el poder decide antes de morir repartir el poder entre sus hijos. Herodes reparte su extenso reino entre sus hijos: Arquelao. Antipas y Filipo.
Lucas 3: 1 En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia.
En su Primera venida Jesucristo enfrentó un proceso religioso-político, lleno de turbulencia política, sediciones, levantamiento de grupos. Notemos lo que dijo Gamaliel de los hechos históricos: Hechos 5: 36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. 37 Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados.
38 Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; 39 mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.
Las palabras de Gamaliel muestran la sabiduría de Dios y reconoce que contra Dios no hay quien pueda vencerlo.
Ahora bien La iglesia debe tomar a bien trabajar por el Reino de Cristo que supera toda estructura de carácter temporal. La iglesia está inmersa en este mundo, pero Cristo la guarda, la protege, le da vida abundante, le fortalece y nunca dejará de ser. Los imperios y gobiernos surgen pero pasan, Cristo nunca pasará, ni la Iglesia pasará porque es la esposa del Cordero.
Ahora bien, ¿A quien servimos, a Cristo o a los hombres? ¿Quien es nuestro Señor? Si invertimos más tiempo, esfuerzo, sudor, recursos para un proyecto político, o un nombre de este mundo invade nuestras mentes o a un hombre ilegal que tiende a dominar de manera autocrático y decidir a sus antojos el rumbo de toda la nación, o atados al sometimiento de gobiernos tiranos y bestiales destructores del bien común que se encaminan a desligarse de la Verdad, la justicia social.
Jeremías 6:16 Así dijo El Señor: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.
Y dentro todo viene el día, aparecerá la señal del Hijo del Hombre y los hombres se darán cuenta que la situación mundial, universal, social, política, histórica y meramente personal, siempre estuvo, ha estado y estará en las manos de Dios. La providencia de Dios todo lo abarca, Es la Suprema sabiduría de Dios que rige el mundo y a los hombres y cuida de ellos. Es la Disposición anticipada de Dios para lograr un fin de triunfo ante el mal. Porque el bien eterno, la vida eterna, el Reino de Dios y su justicia y Verdad permanecerá para siempre. De modo que no dominará el hombre porque El Hijo de Dios viene en Gloria siendo Rey de reyes y Señor de señores. Apocalipsis 17: 14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
Adal R
24sept2023