Lección de célula de adultos para sábado 30 de enero
Sábado 30 de enero de 2021
Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo
LECTURA: Hechos 16:27-33
27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.
VERDAD CENTRAL: La salvación que se recibe por la fe nos libra de situaciones desesperadas.
INTRODUCCIÓN
Los apóstoles Pablo y Silas se encontraban en la ciudad de Filipos. En ese lugar anunciaron el evangelio y fundaron una nueva congregación. Una joven que estaba poseída podía adivinar cosas de las personas. Unos hombres la habían comprado como esclava para ganar dinero con su habilidad para adivinar. Ella anduvo varios días detrás de Pablo y Silas hasta que un día Pablo la liberó. Al hacerlo, la muchacha perdió la capacidad de adivinar y sus amos se enojaron mucho porque ya no podrían ganar más dinero a través de ella. Muy molestos acusaron a los apóstoles ante las autoridades de cambiar las costumbres. Los magistrados ordenaron azotarlos y enviarlos a prisión. Allí Dios tenía un propósito de salvación para el carcelero y su familia.
CUERPO
1- Las crisis de la vida. El hombre encargado de los prisioneros era un hombre rudo. Colocó a los apóstoles en la celda más segura. Por la noche, hubo un gran terremoto. El carcelero se levantó asustado y al ir a las celdas para verificar que todo estaba en orden encontró que las puertas estaban abiertas. «Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido» (v. 27). La ley romana establecía la pena de muerte cuando un guardia perdía un prisionero porque escapaba de su vigilancia. En este caso, pensó que se trataba de un escape masivo. Por tanto, no había remedio para su ejecución. Ante tal idea pensó que lo mejor era quitarse la vida por sí mismo. Para que una persona llegue a considerar la posibilidad de quitarse la vida es porque piensa que ya no hay salida humana a la situación que vive. Para el carcelero, las cosas habían llegado a una crisis sin salida. Ya no tenía más esperanza.
2- ¿Cómo salvarse? Al momento que el carcelero se iba a matar Pablo le gritó explicándole que nadie había huido. Las cosas no eran como él las imaginaba. El carcelero estaba en una conmoción emocional y con deseos de encontrar una salida a su vida sin sentido. Entonces fue que preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?» (v. 30). El hombre quería encontrar la salvación. Como casi todas las personas, él pensó que para salvarse hay que «hacer» algo. Pero los apóstoles le respondieron: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa» (v. 31). Hay una diferencia entre «hacer» y «creer». Hacer tiene que ver con las obras, en tanto que el creer con la fe. La buena nueva anuncia que la salvación se recibe por medio de la fe, no por obras. Ese anuncio no ha cambiado con los tiempos. Todavía sigue siendo verdad que la salvación se recibe por el creer. La fe es la determinante a la hora de tener la vida. Nada que el ser humano pueda hacer alcanza para cubrir el valor de la salvación.
3- Un nuevo principio. Lo que ocurrió con el carcelero en crisis después de oír las palabras de los apóstoles se describe en los siguientes versículos: «Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos» (v. 32-33). Es evidente que el estado de desesperación del hombre cambió por completo al escuchar el evangelio. El acto decisivo de fe ocurrió cuando se bautizó junto a su familia. Se sabe que el bautismo es una ceremonia de iniciación para los nuevos creyentes. Aunque no se dice explícitamente que el carcelero haya creído, es evidente que sí lo hizo. De otra manera, no se habría bautizado en agua. Las cosas habían cambiado radicalmente y de su situación desesperada de intento de suicidio se había movido a una condición de paz y esperanza.
APLICACIÓN
Todas las personas enfrentamos dificultades y crisis agudas en diversos momentos de la vida. Pero, ante semejantes luchas existe la esperanza de salida en el evangelio de Jesucristo. Esa salvación se recibe por medio de la fe, no por obras. No se trata de hacer sino de creer. La manera de recibir a Jesús es con absoluta sinceridad, reconociendo las necesidades internas, arrepintiéndose de los pecados y recibiendo a Jesús como salvador. Hoy es el mejor momento para tomar esa decisión y recibir la paz y esperanza que alcanzará a toda la familia.