Los héroes de la fe

Diágoras fue el ateo más famoso del siglo V antes de Cristo. No se ha conservado ningún escrito de él sobre el ateísmo, pero sí se conocen anécdotas que ilustran la manera provocativa en que expresaba su incredulidad.

Se cuenta que en una ocasión Diágoras estaba en un barco durante una tempestad y la tripulación comenzó a pensar que la tormenta era provocada por llevar a este hombre ateo a bordo. Cuando comenzaron a culparlo de la situación, Diágoras preguntó si los otros barcos que se encontraban en la misma tormenta también tenían un Diágoras a bordo.

Otra historia relata que un amigo intentó convencerlo de las intervenciones de los dioses mostrándole las tablas con pinturas que marineros agradecidos habían ofrecido a los dioses. El amigo le dijo: «¿Crees que a los dioses no les importan los hombres? Puedes ver todas estas pinturas de personas que han escapado a la furia de las tormentas en el mar pidiendo a los dioses que los trajeron a puerto seguro». A lo que Diágoras respondió: «Sí, veo a todos los que fueron salvados, pero ¿adonde están las pinturas de los que naufragaron y perecieron en las olas?».

Como puede observarse el ateísmo de Diágoras no era un ateísmo consistente sino más bien práctico. Al planteamiento básico de los paganos de que los dioses estaban para auxiliar a los que clamaran a ellos, Diágoras respondía ingeniosamente señalando a aquellos cuyas plegarias no habían sido respondidas. El problema no era que el ateísmo de Diágoras fuera imbatible sino que la idea de los paganos era muy básica. Pero aunque los milenios han transcurrido, aún hoy, muchos cristianos continúan interpretando la vida de manera igualmente básica, ideando a Dios como uno que libra de tempestades, naufragios, enfermedades, desamores y deudas. Es decir, haciendo de la divinidad un sirviente de los humanos.

Pero la realidad no es así de sencilla. El Dios judeo-cristiano no ha prometido inmunidad a nadie. Es más, con frecuencia prescribe el dolor y el sufrimiento como medio para la vida. La fe no garantiza ser librado de males, pero sí provee la perspectiva adecuada para perseverar en las convicciones a pesar de las contrariedades. La cruz es la expresión más radical de la fe. Representa un paradigma de muerte y una paradoja que está en el centro del cristianismo. Ese paradigma y paradoja de la muerte promete que la muerte conduce a la vida. Cuanto más muero a mi propia vida, más vivo la vida de Cristo. El cristianismo siempre se ha expandido en la medida de su fe y de su muerte. Hasta donde estén dispuestos sus seguidores a vivir en su muerte, hasta allí se extenderá el evangelio.

El capítulo 11 de Hebreos es conocido como el de «Los héroes de la fe». Porque en él aparece un listado de hombres y mujeres que fueron perseverantes en su confianza en Dios, ya sea que fueran librados o no de pesares. En los versículos 33 y 34  se enumeran los que fueron librados: «por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros». Pero a reglón seguido, en los versículos 36 al 39, se mencionan los que no fueron librados: «Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido». El ser o no librado no hizo ninguna diferencia para que la fe de estos héroes fuera inconmovible.

El miedo a la muerte es el último control sobre el cristiano y la Iglesia. Los gobiernos siempre han usado esa amenaza. La Iglesia no debe ser nunca perseguidora ni quien avale la persecución, debe ser el testigo, el mártir. Nuestra muerte es la demostración del poder de Dios.

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One Response to “Los héroes de la fe”
  1. Adal R dice:

    LA FE EN CRISTO VENCE AL MUNDO Y A LA MUERTE.

    Este es problema más grave en que se encuentra el ser humano: la muerte. Cómo aguijón daña el ser, afecta el quehacer humano, genera tristeza, golpea las relaciones entre los seres humanos. Es un imperio que el hombre no ha podido vencer. No hay riqueza, ni oro, ni plata que detenga la fuerza de la muerte. Y el enemigo del Reino de los cielos tenía ese imperio, pero fue despojado en Cruz de Cristo. Sin embargo, Y como si fuera poco el daño que tiene el hombre, aún el mismo hombre en su avaricia y desatino, hace uso de esta fuerza, amenaza, persigue a otros con el fin de matar. Hacen consignas de aniquilar o destruir la vida. Se valen de esa fuerza oculta pero imperiosa para intimidar, meter miedo, hacer callar y perseguir al mismo hombre contrario. Y dicen El fin justifica los medios. Las estructuras de gobierno del ayer y hoy siguen el mismo rumbo para someter a millones a los designios de sus antojos y caprichos, ejercerciendo dominio. Hacen callar a los que protestan o que denuncian la forma de gobernar y aplastan a los pueblos en la pobreza extrema. La usaron los conquistadores de América. Y la siguen usando los siguen gobernando. Así que en estas tierras, engañaron, apresaron y mataron a los que se alzaron contra el dominio foráneo. Otros ya sometidos soportaron calamidades, fríos, falta de bienes y tierras hasta sucumbir en la vil derrota. Ante el crecimiento de los sistemas económicos se infunde terror y militarmente despojan a otros, la tiranía, la explotación, el abuso de poder, el gobierno ilegal, la extensión de mandatarios amenazantes y coercitivo.
    Ahora bien, el principio de esta arma o fuerza surge con la desobediencia que el mismo hombre hizo a Dios. El hombre erró el blanco, desobedeció el mandato de Dios y esto produjo la muerte eterna. Aparte de la muerte física ( debilidad del ser hasta sucumbir), se produjo la caída, la debilidad e incapacidad humana, de agradar a Dios, es decir la muerte espiritual. Génesis 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
    Y no sólo el hombre está atrapado a la muerte sino que viene ser instrumento de iniquidad para perseguir, odiar, matar a otros, ya que aprendió del engañador y destructor: Satanás. Veamos lo que dice la Palabra de Cristo: Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
    Ya que fue echado del paraíso y desde ahí, en su caída tomó como arma destruir la vida, destruir al hombre, destruir toda la creación, dañar las cosas buenas del Señor Creador y sustentador de todo. La acción que ha hecho desde el principio es hurtar, matar y destruir. Pretende hurtar lo de Dios, pretende matar y destruir lo de Dios. Pero El Señor proveyó del plan de redención, y en Cristo Dios el Padre sacó la inmortalidad para no echar a perder al mismo hombre que El había creado. El enemigo ha tratado de destruir al hombre pero Dios que es bueno a dado a su Hijo, para darnos vida eterna. 2 Timoteo 1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,
    El hecho trascendental estriba en Dios y de El viene la vida. Esa vida de Dios fue lograda por Cristo en la Cruz y muerte de Cruz para todo aquel que cree en El. El Señor se despojo a sí mismo, se despojo de su riqueza, de su Gloria, de fuerza, se despojo de su vida y la entregó al Padre para darnos vida Eterna. Y el Señor dijo:
    Hebreos 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo. Y en otra parte del AT dice expresamente que el mismo Señor destruiría la muerte, y al padecer ( morir en la cruz) nos libra de la gran condenación.
    Oseas 13:14 De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista.
    Todo lo ha hecho el Señor para nuestro beneficio. Entonces debemos tomar esa misma actitud: la fe poderosa y viviente que da vida eterna, ya que El pagó el precio con su sangre. La vida que recibimos es por medio de la fe en su muerte. El que cree en El Hijo tiene la vida, y aquel que rehúsa creer no tiene la vida sino la ira de Dios. Y está muerto en su desobediencia.(ya sea imputada o ejecutada) No hay vida para los incrédulos, pero Dios nos da la salida a ese gran problema universal, y nos dice: al que cree ha pasado de muerte a vida.
    La pregunta es: ¿Dónde estás parado? ¿Crees en el Hijo? ¿Tienes vida? Creo que por eso, El Señor nos llama a batallar y pelear con fe, porque El ya nos dio la vida.
    En el mundo tendremos aflicciones, pruebas, luchas, sufrimientos. 2 Timoteo 2:3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Siendo soldados de Cristo vayamos sin retroceder puesta nuestra mirada en Jesús. Y si por alguna vicisitud o persecución somos muertos por anunciar el Reino de Cristo, la fe puesta en El, tambien nos dice: Juan 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Las religiones no pueden dar vida, ni pueden dar esperanza, no pueden dar paz. Pero Cristo sí, el es El Amén, El es la vida. El miedo se quita al ver a Jesús en la cruz y a la Diestra de Dios. Esta es la doble virtud de la Fe en Cristo. Fe para vencer hoy el pecado y fe para estar en La gloria Eterna. Efesios 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
    Ahora bien, el llamado es claro: nuestra fe vence al mundo. Un camino no de rosas, ni de fantasías y vanidades, sino de desprecio, de burlas, de hambre, de soledad y hasta morir por causa de El Verdadero Reino. Como ya se ha dicho: Un Reino de mejores cosas que están preparadas para los que aman al Señor.
    La demostración del poder de Dios es vista cuando morimos por causa del Evangelio. Entonces ahí somos mas que vencedores. Cuando morimos al yo en todo sentido. Veamos a Juan lo que escribe con la vivencia de sufrir ante el Imperio Romano, que puede ser cualquier otro imperio o gobierno. Apocalipsis 1:9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. No solo tenía la Palabra sino también el testimonio de Cristo. Apocalipsis 12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
    Y el apóstol Pablo también con las evidencia tangibles de haber sufrido. 1 Corintios 4:11 Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. La historia de la iglesia ha sido escrita con sangre. ¿Qué podemos esperar de este mundo? ¿Qué hay en nuestros sermones? ¿A quien estamos agradando?
    Cualquier persecución, asechanzas, amenaza o derramamiento de sangre dentro de la iglesia, o si este cuerpo se deshace por las vicisitudes de la vida y los enfrentamientos diarios contra la huestes infernales de maldad, Tenemos en Dios un tabernáculo o una habitación no de carne ni de sangre sino poderosa en Dios imperecedera e inmarcecible. 2 Corintios 5:2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 2 Corintios 5:1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.

    Oh Dios la batalla es grande
    En medio de tempestad de las tinieblas
    y de mucha oposición
    La luz de Cristo ilumina el camino
    En Cristo soy fortalecido
    Para vencer el miedo,
    Para vencer la trampa y el mal,
    y cualquier vanidad,
    Puesto que por medio de la fe:
    Veo a Jesús en la cruz morir por mí
    Veo a Jesús sentado a la Diestra de Dios
    E intercede a favor de los santos
    Y asi Nadie ni nada
    me puede arrebatar de su mano.

    Adal R
    3Dic2023

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