Mario Vega: Guacarnacos y espolones

En marzo de 2013 publiqué en El Diario de Hoy un artículo de opinión con el extraño título anterior. Los gobernantes arrogantes siempre llaman la atención por la manera tan abierta en que proyectan su inseguridad, necesidad enfermiza de control, baja empatía, autoestima inflada y carencia de humildad. A pesar de la obviedad de sus características, los ciudadanos, que pueden llegar a ser mayoría, les brindan su respaldo y confianza. Esto ocurre porque la arrogancia puede ser percibida como determinación y decisión. Las personas buscan líderes fuertes y decididos y, en ese afán, avalan el autoritarismo y los abusos de poder. Al largo plazo, los arrogantes terminan por ser despreciados y rechazados.

Como eso es algo que ya ha ocurrido, me parece pertinente extraer este artículo de los archivos para traer a la memoria observaciones que hice 11 años atrás y que, de manera superlativa, continúan teniendo validez para el presente. Aquí está:

Augusto Roa Bastos en su obra ‘Yo, el Supremo’, pinta el retrato íntimo del hombre cuando tiene poder. Narrada a una sola voz, la del dictador, penetra en la psique y la cosmovisión de quien detenta el poder de manera absoluta. Con apenas unos pocos diálogos con su secretario y asistente Policarpo Patiño, en quien confía plenamente y de quien desconfía plenamente, el intercambio sirve solamente para reafirmar que el Supremo es un trabajador incansable de la dignidad de la República en contra de los que ansían su ruina.

En su narrativa Roa Bastos mezcla los provincialismos guaraníes con rebuscadas palabras castellanas con una habilidad tal que, en lugar de resultar chocante, produce una fluidez estética que atrae al lector y le sumerge en el mundo solitario del que llegó a la cima del poder y le descubre su forma de ver la vida y ver a los demás.

El Supremo, el solamente conocedor, el solamente sabedor, el solamente depositario de la verdad, actúa cual padre enseñando al resto la manera de ser país, de ser patriota y de ser ciudadano. Éstos, por su parte, siempre aprendiendo y nunca entendiendo las buenas intenciones de aquel son amados al mismo tiempo que despreciados por el Supremo. Ellos son el fin al mismo tiempo que el medio que el poderoso usa para alcanzar sus metas, que no son otras que las que le convienen a las mayorías, porque él así lo decidió.

No tolera la disidencia y se muestra cruel e implacable contra aquellos que se atreven a levantar la voz. Los que traicionan una vez, traicionan siempre. Ellos son enemigos de la libertad y de la honradez y será la posteridad, que no se regala a nadie, la que algún día retrocederá a buscarlo para honrarlo a él, que solo manda lo que mucho puede. El Supremo es quien hace la historia en tanto que el resto vive haciendo el no hacer nada. Tan solo lo que él hace tiene valor y merece ser reconocido.

Quien tiene el poder desea más poder para llevar a los demás a la grandeza jamás imaginada y que los anteriores no pudieron ni tan siquiera emprender. El Supremo es el hijo del destino que marca su nada al mismo tiempo que sale de ella. Puede hacer por medio de otros lo que esos otros no pueden hacer por sí mismos. El Supremo es aquel que lo es por su naturaleza y es la imagen del Estado, de la Nación, del pueblo y de la patria.

Padre de la ética y de la moral, justifica todas sus acciones y procedimientos. Las cosas son como él dice y no como son en verdad. Vive en un mundo creado a su misma imagen y semejanza. Él es quien dice ser y los demás son quiénes él dice que son y quien no lo comprende así es por su mala fe, la cual, la tiene ya bien conocida. A ellos los desea contener e impedirles que sigan enarbolando banderas diferentes en el territorio patrio.

Si existe alguna similitud con algunos personajes de la política salvadoreña es muy probable que estemos equivocados, y si no lo estuviéramos, no tendría ninguna importancia, pues para el Supremo no somos más que, en sus palabras, simples guacarnacos y espolones.

Restauración 100.5 FM · Editorial de la semana – Guacarnacos y espolones
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One Response to “Mario Vega: Guacarnacos y espolones”
  1. Adal R dice:

    No es por nada ni por molestar a nadie, mas bien es una similitud lo que acontece en la política de este año 2024, en el Salvador. Luego de 11 años, el contenido amerita reiterarlo, ya que las cosas que suceden llevan mayor énfasis en la conducta perversa del gobernante ilegal actual. La política ha descendido a lo más bajo, ¿Cuál será la razón? ¿Quien empuja la aberrante política de elevar un hombre?
    La falta de seriedad y madurez, de justicia y verdad en la forma de gobernar, conlleva un alto nivel destructivo de los principios democráticos. Y dándose este caos es fácil para el populismo elevar gente descarada, petulante, amadores de sí mismos, ilegales, perversos y delincuentes en los puestos de gobierno. El creyente debe estar alerta ante este tipo de cosas que se ven: hay medios de alta tecnología al servicio del engaño y apariencia, hay mayores inventos de maldad, aflora un alto nivel de narcisismo en las redes, se tiende a un mayor control de datos personales y así ejercer un mayor asedio político, propaganda y persecución. Muchos derechos del ciudadano se ha perdido con el régimen actual. Perseguir al delincuente es una cosa distinta. Pero hacen uso del control y la persecución a las personas que opinan distinto, con el fin de avalar el autoritarismo y los abusos de poder(dictadura) por parte de aquel gobierno ilegal. Las características de este secuaz e impostor ya fueron dichas en ese obra. ( En la narrativa de Roa Bastos) como:
    » Yo el Supremo» que se autodenomina:
    el solamente conocedor y sabedor,
    el solamente depositario de la verdad,
    El patriota que No tolera la disidencia Perseguidor de todo aquel que alza la voz
    El «ciudadado» de la libertad y de la honradez
    El «Supremo» que lo es por su naturaleza
    y es la imagen del Estado, de la Nación, del pueblo y de la patria.
    El que aprueba o desaprueba.

    Con estas características, ya podemos conocer la forma de gobernar en el país y quien es el que toma ese estilo perverso de dirigir el destino del país. Esto que quede claro, antes de este tiempo no se había manifestado alguien tan supraelevado como lo que se manifiesta hoy.
    Esta imagen de poder engañoso es un aviso o advertencia para cuidarnos de la falsedad y engaño imperante. Porque ancha es la puerta de la mentira que conduce a la idolatría, a la avaricia, al robo e injusticia, a la exaltación de yo o de aquel que pretende ser igual al Señor, el inicuo y el supremo ilegal, el engañador. Haciendo uso del engaño y la mentira a través de los medio, más que todo de las redes sociales y TV, se extiende desesperadamente para montar su show de falsedad. Ya que su verdadero propósito son sus intereses codiciosos. La avaricia se impone y su conducta queda presa de su maldad. Es una combinación o mezcla de todo tipo de egocentrismo, narcisismo, autoritarismo, cuya religión o credo es su yo, yo y yo. No existe humildad, antes bien es exaltación propia, enaltecimiento infernal, orgullo, soberbia y todo apunta al dominio y a silenciar a millones de simples, sin la confianza en la Soberanía de Dios Eterno.
    Lucas 14:11 Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
    Considero que la iglesia en este postrer tiempo debe abrir más sus ojos, siendo sensata. Llenar nuestros vasos de la Verdad de Cristo, con su Palabra viviente, llenos de su Espíritu, no para enseñorarnos de los demás creyentes sino para servir mejor y anunciar estos mensajes que hacen falta en los púlpitos. Ya que hay una tendencia a Exaltar el yo, elevar la imagen personal, pensar en mis interés personales y apetitos carnales, dejando de lado la Soberanía y Señorío de Cristo. Pensamos más en política que en el poder de la Palabra. La tendencia que se ve es pensar en un nombre humano y carnal, olvidando al Rey de reyes y Señor de señores Nuestro Amado Redentor Jesucristo El Hijo de Dios. No hay otro redentor, no hay otro nombre, nadie se engañe con los falsos. La tendencia que se ve es que Los hombres dejan los oficios cristianos para servir a gobiernos infernales, musulmanes y crueles e idólatras, marcados por la avaricia e impiedad. Es fácil para muchos legisladores aprobar leyes que tienden al dominio de la oligarquía mundial. Despojando a muchos del bien común. El interés es engrandecer un sistema de cosas lejos de la justicia y verdad. Son tres cosas que debemos cuidar:
    1 El Reino: ¿Quien reina dentro de nosotros? El Reino de Cristo, su verdad y su amor debe reinar en nosotros. Y no el reino del mal o engaño.
    2 La obediencia: ¿A quién obedecemos? Cuando obedecemos a alguien es porque ya somos esclavos. Seamos pues Siervos de Cristo en todo tiempo. Es mejor obedecer a Dios antes que a los hombres.
    3 La ofrenda personal: ¿A quién le ofrecemos nuestro tiempo, esfuerzo y entrega? Donde queda anclada nuestra dedicación personal. Todo lo que hagamos debe ser dedicado a Dios. Muchos han dejado de servir al Señor, por unos cuantos billetes dentro de un sistema perverso y manipulador de cosas ilegales. Se han convertido en puyabotones, en títeres, son los espolones del circo romano. Y como muro o espolón guardan los interés de un sistema burlador que pisotea la vida de las grandes mayorías: los pobres de este mundo. La iglesia de Cristo fue perseguida porque no le rindió culto al nombre del emperador, pero más aún se levantó una maniobra imperial para someterlos al dominio, obediencia y sacrificio(dedicación) al inicuo. Pero siendo advertida por la profecía, la iglesia del Señor batalló hasta la muerte. Y sigue vencedora en el Nombre de Jesucristo Señor Nuestro. A El sea la Gloria hoy y siempre. Apocalipsis 2:10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
    Y de esta manera debemos de luchar todos los día hasta que El Señor venga: Apocalipsis 12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
    Dios le bendiga hermanos y amigos en Cristo. La paz sea con usted. Amén.

    Adal R
    11feb2024

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