Mediación, de las Posiciones a los Intereses
Por dos décadas ha existido en nuestro país un conflicto entre los jóvenes organizados en pandillas y la sociedad. El conflicto se intensificó por la escalada delictiva de las pandillas, que fue desarrollando un sentimiento de temor y rabia en la sociedad. En la contraparte, el tema fue tratado políticamente por años y se profundizó la estigmatización de las pandillas como recurso electoral publicitario.
El escenario ha cambiado ante la tregua acordada entre las pandillas más numerosas y la solicitud a la sociedad de una oportunidad de inserción. La propuesta resulta difícil de creer y difícil de aceptar especialmente para aquellos sectores que han padecido por años el asesinato y la extorsión, es decir, para las mayorías populares.
La situación requiere la capacidad de resolver el conflicto por la vía del entendimiento. Pero eso sólo será posible cuando ambas partes dejen de enfocarse en las posiciones para concentrarse en los intereses. Las posiciones en este caso se resumirían, por parte de la sociedad, en la exigencia de que a todo miembro de pandillas se le aprese, se le condene y se le envíe a prisión.
Los menos reflexivos piensan en revanchas inhumanas entre las que incluso se menciona el exterminio. Por parte de las pandillas, una posición sería el continuar haciendo uso de la violencia y el terror para lograr de la sociedad su inserción.
El enfoque en los intereses se logra cuando se hace un esfuerzo por identificar elementos que sean comunes a ambas partes. En este caso no es difícil caer en la cuenta que el interés compartido es la seguridad. La sociedad anhela la garantía de la seguridad, pero, mucho más los miembros de pandillas quienes en esta situación son los más expuestos a la muerte con una expectativa de vida muy corta. Tanto la sociedad rechaza las amenazas y la muerte como los miembros de pandillas rechazan el continuar aportando la mayor cantidad de defunciones.
En lugar del regateo de las posiciones la mediación basada en el interés vital puede resultar en un acuerdo sabio. El método permite alcanzar un consenso gradual sobre una decisión conjunta de manera eficiente, sin todos los costos de desgaste al tratar de socavar las posiciones, lo cual, fomenta el desánimo y pone en duda la voluntad de la contraparte.
Debe existir una insistencia en que el resultado de la mediación debe estar basada en objetivos básicos y aceptados por ambas partes. Esto posibilita la invención de múltiples opciones que pueden ser evaluadas antes de tomar la decisión final.
El tema de la vida es un interés esencial. El ser humano puede transigir casi con cualquier situación o dificultad pero nunca se resignará a la muerte. Desde la perspectiva de los derechos humanos, la vida es el derecho capital. Desde la perspectiva cristiana, la vida es el propósito de la fe. La vida humana posee un valor inalienable que la ubica en el centro del deseo de Dios.
Desde todo punto de vista, la vida se propone como la razón y la validación de todo esfuerzo de acercamiento y mediación que le haga viable. El caminar es fundamental para llegar a la mitad del camino. Allí donde las personas se encuentran y se reconocen como humanos para llegar a acuerdos. Comencemos, pues, a caminar.