Otra política es posible
Las autoridades religiosas habían resuelto deshacerse de Jesús y planearon la manera de capturarlo sin provocar alborotos. La información dada por uno de sus más cercanos discípulos fue clave para eso. Una vez detenido, le hicieron una doble incriminación: primero lo acusaron de blasfemia para poder condenarlo bajo la ley religiosa y, luego, lo acusaron de subversión política para lograr la condena a muerte por parte del imperio. De esto último solo el gobernador Pilato podía hacerse cargo, pero él era una persona con muchas suspicacias contra los judíos y no aceptaría tan fácilmente su solicitud. Él se tomó el tiempo para conocer a Jesús e indagar sobre la veracidad de la acusación.
El delito que se le imputaba era el de declararse rey, lo que implicaba una falta de “lesa majestad” contra el imperio que reconocía como único rey al César. Durante el diálogo, Jesús no negó ser el rey, pero aclaró que su reino no es como los reinos de este mundo. Los gobernantes tienen ejércitos que amedrentan y oprimen a los pueblos y así defienden sus privilegios. Pero el reino de Jesús no posee ejércitos. Se trata de un reino que se construye sobre la verdad, la justicia y la misericordia. Sus súbditos lo son por convicción, no por imposición; por amor, no por temor; por pleno conocimiento, no por ocultamiento. Pilato comprende las afirmaciones de Jesús y llega a la seguridad de su inocencia. Pero recibe la presión de los religiosos que no pueden aceptar que haya una manera alternativa de vivir y ven a Jesús como una amenaza. Pilato sabe que lo han entregado por envidia.
Por ser una propuesta de realidad alternativa el reino de Dios es atacado por los poderes de este mundo. Quienes se atreven a proclamar el mensaje de justicia, verdad y misericordia son perseguidos y sus propuestas maldecidas. La oposición viene de quienes se benefician de un estado de cosas que les permite abusar y enriquecerse. Pilato comprende las motivaciones y los intereses de los acusadores, pero para su propia desgracia, él también se encuentra atrapado en la misma red. También él tiene sus intereses y sus ambiciones. Cree que puede mover mejor los hilos del poder para salirse con la suya. Se dirige al pueblo para hacerles una oferta que él cree que no rechazarán: les da a escoger entre Jesús y Barrabás, para liberarlo como gracia de la fiesta de Pascua. Pero se sorprende cuando la multitud prefiere la libertad de Barrabás antes que la de Jesús. Era que los religiosos habían comprado la voluntad de las personas con pequeños regalos y tenían el control de su ánimo.
Intenta una segunda salida: azotar a Jesús para que acepten su tortura como pena en lugar de la muerte. Reitera que Jesús es inocente y, sin embargo, manda a castigarlo. De nuevo, la multitud manipulada pide la ejecución. Ahora han notado que Pilato pretende dejarlo en libertad y le hacen una amenaza directa: “Si lo sueltas no eres amigo de César, todo el que se hace rey a César se opone”. Pilato había ya tenido problemas con el emperador, la confianza en él estaba afectada y una acusación de ese tipo, por parte de las autoridades judías, podía ser fatal para su posición.
A pesar de que tres veces ha expresado su convicción de que Jesús no ha cometido delitos, decide condenarlo a muerte. Sabe que es injusto, sabe que está enviando a la muerte a un inocente, pero lo hace para asegurar su posición pudiente. Como todos los tiranos, Pilato es esclavo del poder. Sacrifica los principios de imparcialidad y justicia para conservar sus privilegios. Es el poder por el poder. Es la hipoteca de la conciencia con tal de alcanzar ventajas y beneficios temporales. Es el camino que demasiados han seguido y que les marca para siempre con un estigma de vergüenza.
Es de esa forma de ejercer el poder que Jesús se distanció cuando afirmó que su reino no era como los del mundo. En su reino los principios y valores están por arriba de lo temporal, incluso de la vida. El reino de Dios viene para traer esperanza donde no la hay.
Dios nos ayude a no abandonar el reino de Jesus, y nos protega de volvernos religiosos.
Son sus palabras muy estimadas y su gallardia valorada con mucho respeto,porque hace uso de ellas en momentos que algunos mejor guardan sepulcral silencio.
Dios le bendiga hermano pastor Mario Vega.