Perseguidos por causa de la justicia
En 1998 un grupo de abogados cristianos hondureños se reunió con el propósito de reflexionar sobre las implicaciones de la vida cristiana.
Llegaron a la conclusión que quedarse pasivos ante la realidad hondureña sería negar la fe. Desde sus profesiones decidieron convertirse en una voz profética que llegara a la sociedad con el reclamo divino de justicia. Su involucramiento en la solución de los problemas sociales nació de un reconocimiento del ser humano como un ser con pasado, presente y futuro; un pasado que Dios puede perdonar, un presente que los cristianos deben ayudar a mejorar, y un futuro eterno que Dios tiene asegurado. Fue así que se organizaron en la Asociación para una Sociedad más Justa. Parte directiva del movimiento son los pastores Alberto Solórzano y Jorge Machado. Desde entonces, se han enfocado en la investigación y monitoreo del desempeño del sistema gubernamental de justicia, regularización de tierras y uso de los fondos públicos.
Sus investigaciones en los sistemas de salud y educación impulsaron a la ciudadanía a presentar muchas denuncias. A la vez, se produjo la necesidad de brindar asesoría legal a las víctimas o testigos para investigar, documentar y presentar las denuncias ante las instancias correspondientes y darles seguimiento hasta obtener resoluciones. Como resultado de ese trabajo trece funcionarios de gobierno han sido procesados judicialmente incluyendo a un exministro de Salud.
En abril de 2016 impulsaron un proceso de monitoreo y documentación de casos de corrupción al interior de la Policía Nacional Hondureña. Fruto de ese impulso fue la creación, por parte del Estado, de la Comisión Especial para el Proceso de Depuración de la Policía Nacional. Los pastores Alberto Solórzano y Jorge Machado fueron llamados para ser parte de la misma. Hasta el presente, la Comisión ha logrado la suspensión de 419 policías, muchos de ellos oficiales, por su involucramiento en casos documentados de corrupción. La reacción era de esperarse y las amenazas a muerte comenzaron a llegar.
En junio los pastores recibieron una amenaza escrita que decía “Va a pagar duro” junto a la imagen de una persona asesinada al interior de un vehículo. Esas amenazas pasaron a los hechos el pasado 15 de diciembre cuando el pastor Jorge Machado y su esposa volvían a casa después de una reunión en la que se había informado de la suspensión de otros catorce policías más implicados en actos de corrupción.
Desde una camioneta negra fueron atacados a tiros pero el pastor Machado y su esposa resultaron ilesos, no así sus custodios, uno de los cuales falleció y otro se encuentra gravemente herido.
Los hechos responden a una lógica muy elemental que apunta a que el ataque fue una represalia de grupos de policías violentos y corruptos que se ven amenazados por los esfuerzos de estos cristianos evangélicos que contribuyen a que el sistema gubernamental funcione y sea más justo para los más vulnerables. Para ellos, buscar la justicia es obedecer a Dios quien a través del profeta ordenó “guardar el derecho y hacer justicia” (Isaías 56:1). El ataque no desalentará a estos pastores valientes que han decido ser fieles testigos del Señor justo y hacen suya la bienaventuranza de quienes son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos, tal como lo dijo Jesús de Nazaret.
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