Saulo de Tarso y «Los miserables»
La historia de cómo Saulo de Tarso llegó a convertirse en el apóstol Pablo es uno de los relatos más conocidos de la Biblia. De ser un perseguidor implacable de los creyentes fue transformado en un ferviente predicador del evangelio que perseveró hasta su muerte. El poder transformador del perdón le llevó a comprender que la gracia de Dios está disponible para todas las personas y que de todos puede esperarse un giro radical.
Este pensamiento ha cautivado a escritores y a pensadores que, desde entonces, han reflejado en la literatura el tema del perdón y las nuevas oportunidades. «Los miserables», de Víctor Hugo, relata la historia de Jean Valjean, un exconvicto que es transformado radicalmente después de recibir un acto de amor cristiano. El perdón que recibe se convierte en la fuerza motora de su redención personal, ilustrando el principio cristiano de que el perdón puede transformar a cualquiera.
En su cuento «El gigante egoísta», Oscar Wilde, narra la historia de un gigante que se redime cuando permite que los niños jueguen en su jardín, trayendo consigo la primavera y el florecimiento. El acto de perdonar y abrir su corazón culmina en una transformación espiritual, cuando el gigante es recibido por un niño que representa a Cristo. Wilde, a través de esta sencilla historia, ilustra cómo el perdón y la bondad no solo traen paz a los demás, sino también a uno mismo.
En las Escrituras, Jesús no solo predica el perdón, sino que lo modela en su vida y ministerio. El perdón es presentado como una virtud esencial para los creyentes, una obligación moral que refleja el carácter de Dios y su gracia hacia la humanidad. En su muy conocido Sermón del Monte Jesús expresa con claridad la responsabilidad de quien decide creer: «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas». El perdonar a los demás es una condición para recibir el perdón divino. De manera que nadie puede afirmar ser un creyente si no es capaz de ofrecer el perdón y una nueva oportunidad a quien ha ofendido. Los hijos de Dios reflejan el carácter misericordioso de su Dios.
Cuando Pedro preguntó a Jesús cuántas veces debía perdonar a su hermano, le respondió que el perdón no tiene límites: «No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete».
Este mandato subraya la infinita misericordia de Dios y la expectativa de que los creyentes imiten esa gracia, ofreciendo perdón sin condiciones, una y otra vez.
En la bien conocida Parábola del Hijo Pródigo, Jesús narra la historia de un padre que perdona incondicionalmente a su hijo después de que este malgasta su herencia. Cuando el hijo regresa arrepentido, el padre lo recibe con los brazos abiertos y celebra su retorno. Este relato ilustra el amor y el perdón incondicional de Dios hacia aquellos que se arrepienten y buscan una segunda oportunidad. También enseña a los creyentes la importancia de ofrecer esa misma clase de perdón a quienes han fallado.
Tanto las obras literarias como los pasajes bíblicos nos enseñan que los seres humanos están llamados a perdonar y dar nuevas oportunidades a los demás. El perdón no es solo un acto de bondad hacia quien ha fallado, sino un camino de liberación personal. Jesús, en el Nuevo Testamento, enseña que perdonar es una obligación para quienes desean vivir de acuerdo con los principios del Evangelio.
Cuando los seres humanos practican el perdón, imitan la misericordia de Dios, contribuyen a la sanación de las relaciones rotas y fomentan una sociedad más justa y compasiva. Como enseñan las parábolas del Nuevo Testamento y las grandes obras literarias, el perdón tiene el poder de transformar vidas, restaurar almas y construir una paz duradera, tanto en lo personal como en lo social. El perdón, entonces, no es simplemente una virtud que debemos aspirar a alcanzar, sino un mandato divino que debemos practicar activamente, como una forma de amar a los demás de la misma manera en que Dios nos ha amado a nosotros.
El perdón de Dios
Todo la Escritura se puede resumir en una frase: El perdón de Dios hacia el pecador. Este perdón divino no está solamente escrito en la Biblia, este perdón está manifestado en la persona de Jesucristo, El Hijo de Dios. Es per medio de ese perdón en Cristo Jesús que podemos acercar a Dios, recibir sus beneficios, recibir las riquezas de su Gloria, a la cual somos destinados. El perdón de Dios es la puerta de la misericordia de Dios. Asi que Dios lo preparó todo para darnos el perdón de nuestros pecados por medios de la sangre preciosa de Cristo. Cuando recibimos ese perdón de Dios, su presencia es real, su dones y talentos son repartidos, las cosas de su Reino Eterno son entendibles y somos invitados a servir en el Reino de Cristo. Recibir, pues, el perdón de Dios es recibir por medio de la fe la sangre preciosa de Cristo, que nos limpia de todo pecado. Y asimismo recibimos la nueva vida en Cristo, resucitados a nueva vida abundante y eterna, en justicia y santidad. Ver los pies de Cristo, en cierto día recuerdo que viajaba en un transporte público, me dirigía hacia mi lugar de trabajo, como solía hacer me dedicaba a leer la Palabra. Fue en esa mañana que mientas leí, cerré mis ojos y lo único que ví en mi mente fueron La visión de los pies de Cristo. Quedé tan impresionado que ese día escribí lo que había acontecido. Todo era algo sencillo, humilde, sin jactancia alguna, sin brillo ni hermosura. Los pies de Jesús una imagen de La Misión Divina a favor del pecador. Su Venida se traduce en Perdón, su manifestación y culminación es amor hacia el pecador. No un amor de grandes lujos, riquezas, cosas, publicidad y vanidad. Es un amor humilde y manso, difícil de resistir. Como el amor de un niño, santo, inocente, sin palabras, sencillo, lejos de orgullo y vanidad. El amor de Dios como el toque de un viento apacible que nos habla al corazón y somos vencidos en la santidad de Dios. El perdón de Dios llega en Santidad y Verdad. Así es como difícilmente podemos resiste ese llamado de Cristo que con su mirar nos dice todo: Ven a mí, recibe mi perdón.
Como muestras históricas y dignas de enseñar y comprender acerca de la Misericordia de Dios, que es el Camino de la Gracia de Cristo a favor de un mundo perdido. El amor de Dios es Jesucristo, El Hijo del Bendito. Y esta obra única en el universo se presenta ante el mundo ya mas de 2000 años, y este siglo XXI las cosas en la vida humana sigue los pasos del crecimiento tecnológico, desarrollo de grandes ciudades, flujo de bienes y servicios, crecimiento cientifico, avances en redes sociales, todo parecer ser que hay mas facilidad de alcanzarlo todo y en menos tiempo, pero el Hombre sigue alejandose mas de la bondad de Dios. Dios siempre ha estado presente en cada período histórico, ha permitido imperios, gobiernos, dictaduras o tiranías, llevándoles hasta el borde, luego de examinar los motivos y propósitos de estos. De modo que Dios con su poder y fuerza Invisible no los deja continuar, dominandolos hasta hacerlos desaparecer. Traigo a luz este ejemplo, ya que esta de formas crueles y despiadadas de gobierno, ya que se caracteriza por la carencia de compasión, misericordia y perdón. La tiranía es gobernar sin la ley Dios, donde el gobernante tiene un poder total o absoluto, no limitado por leyes, (sin ley civil, ni mucho menos la ley de Dios) especialmente cuando lo obtiene por medios ilícitos, y abusa de él. Pero Veamos lo que la Biblia dice en relación a este caso: Job 12:18 El rompe las cadenas de los tiranos, Y les ata una soga a sus lomos. También en el Salmo 107: 40-3 Él esparce menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar perdidos, vagabundos y sin camino. Levanta de la miseria al pobre, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas. Véanlo los rectos, y alégrense, Y todos los malos cierren su boca. ¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?
Alguien que actúa sin compasión es alguien que nunca ha conocido el perdón de Dios, no se conoce a sí mismo, no ama, no le importa la vida de otros, dice tener razón en lo que hace, siendo cruel, absoluta, perseguidor y destructor de la paz, ya que nunca a conocido a Dios.
Dios desde el principio manifestó compasión, observemos esa secuencia de hechos de bondad, ( Salmos 86: 5 Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.)
-El cuidado de Dios dándoles vestiduras a Adán y Eva, como la muestra del perdón de Dios.
-El llamado de Abraham y prometer la simiente, que es Cristo el Señor para perdonar y bendecir todas las naciones.
-La liberación de Israel de Egipto es figura del Perdón de Dios por medio de sangre ajena de un Cordero.
-El peregrinar en el desierto es otra evidencia de la obra de compasión y perdón a favor su pueblo. Ezequiel 20:17 Con todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en el desierto.
-La entrega de la Ley manifiesta el carácter de un Dios justo y amor de Dios a favor de todo aque que se humilla, como resumen Dios grande en misericordia y Verdad, dispuesto a perdonar y restaurar al pecador. Asi que, en Israel desde antes de entrar las 70 personas en Egipto hasta su peregrinar en el desierto, Dios sigue manifestando su perdón y misericordia. Números 14:19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
-La conquista de la tierra prometida indicaba el desarrollo de una nación bajo los lineamientos divinos para ser instrumentos en el mundo. Esa preparación del pueblo indicaba un testimonio ante las naciones vecinas de la nueva forma de vida en obediencia a la ley de Dios, que se traduce en Perdón y Aceptación y como resultado la gratitud a Dios.
-El Reinado de David sometiendo a los pueblos paganos a la orden se Dios. Como El anticipo de su Reino. Y todo esa misericordia de Dios sigue sobre la vida de Israel, pero el pueblo como cualquier otro se sumergen en la desobediencia e incredulidad. Pero Dios siempre tuvo un remanente, aunque con debilidad y múltiples temores, pérdidas y persecución, pero fueron guardados en su amor, y todo apuntaba a esa gran misión final y contudente: La manifestación del Mesías Príncipe, justo, Santo, sin pecado y lleno de Gracia y Verdad.
– En la deportación de Israel a Babilonia, el pueblo fue guardado y dirigido para su Regreso. Dios interviene perdonando a los que regresaron. Observemos la oración de Nehemías 9:17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.
-Un punto más e inevitable, hay una intención intrínseca en cada Salmo que nos invita a venir al perdón de Dios, que es algo irresistible del Eterno Dios.
Así es como vemos muchos elementos proféticos, enseñanzas, cánticos, ejemplos y casos como la protección, exhortación, advertencias, cautiverio, Retorno de Israel con nuevos brillos y deseos hacia Dios, no importando la dominación de los imperios subsiguientes, Griegos y Romanos. Todo fue sustentado por el amor de Dios, con el fin de Exaltar el Nombre que es sobre todo nombre, Jesucristo en quien tenemos el perdón de pecados.
Salmos 85:2 Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste.
Hoy encontramos en las Cartas Paulinas un enorme contenido del amor de Dios, el perdón de nuestros pecados. Y lo escribe alguien que realmente había experimentado el amor de Dios, en medio de su cruel y despiadada persecución contra la Iglesia de Cristo. Jesucristo lo intersepta para hacerle ver el error y la maldad, aún siendo religioso.
¿Cual es el propósito de Dios?
Su Reino Eterno conformado por un pueblo lavado en la sangre de Cristo, perdonados.
Su Total Exaltación eternamente, llamados para darle gracias y glorias por siempre.
Su Riquezas de amor Eterno, las cuerdas del amor verdadero. Con el fin de dar a otros amor y compasión. Si perdonamos seremos perdonados. Reconociendo que Dios Padre en Cristo, Ea el Unico Dios Verdadero que perdona pecados. Romanos 2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Dios Unico merecedor de Toda Reverencia. Salmos 130:4 Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.
Santidad a Nuestro Dios en Cristo Jesús. Amén.
Adal R
16 oct2024