Vacunas, glaciares y el egoísmo humano
Las cosas no marchan bien con el tema de la vacunación contra la covid-19. El problema no es que haya pocas vacunas, ya que las farmacéuticas informan que llevan producidas un total de 12,000 millones de dosis, las cuales son más que suficientes para colocar una primera dosis a todos los seres humanos.
El problema es de distribución desigual: los países de renta alta se apresuraron desde el inicio a acaparar las dosis disponibles y en la actualidad, aparte de los millones de dosis que ya aplicaron, se calcula que tienen un excedente de más de 1,200 millones.
Mientras los países ricos, como Emiratos Árabes Unidos, han logrado vacunar hasta el 95% de su población; los más pobres, como Burundi, apenas llegan al 0.01% Mientras los países desarrollados tienen guardadas cientos de millones de vacunas y han empezado a ofrecer una tercera dosis a sus poblaciones, en África apenas el 5% de la población ha recibido la primera.
La tardanza en aplicar las vacunas de manera más equitativa abre el espacio para que el virus continúe mutando en cepas cada vez más contagiosas, como ocurre actualmente con la variante Ómicron. La humanidad se ve amenazada por las nuevas variantes y producen inestabilidad en los mercados financieros, con lo cual, todos resultamos afectados. A eso obedece la insistencia de la Organización Mundial de la Salud cuando asevera que nadie estará a salvo de la pandemia sino hasta que todos lo estemos. Mientras haya países menos favorecidos, el virus irá y vendrá y será la de nunca acabar.
En otro tema, la Universidad Autónoma de México declaró oficialmente extinto al glaciar Ayoloco, que se ubicaba en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl. El calentamiento global y la actividad humana provocaron la desaparición completa de uno de los glaciares más emblemáticos de ese país. Visible desde el Valle de México fue siempre parte del paisaje, de fotografías, películas e inspiración de obras artísticas. Pero la pérdida del glaciar no es solo de carácter estético. Su extinción conlleva a la disminución de la cantidad de agua a la que tenían acceso las comunidades que viven cerca del volcán. Además, sin el hielo en la parte alta del volcán, la temperatura se ha incrementado e imposibilita las precipitaciones de lluvia. Junto con la desaparición del glaciar hay menos agua, más calor, más sequías y más pobreza.
La vida de la especie humana está estrechamente ligada al ecosistema. Preservar el medio ambiente es cuidarnos a nosotros mismos. Cuidar el único planeta que tenemos es cuidarnos a nosotros mismos, porque el planeta seguirá existiendo por millones de años más, los que no vamos a seguir existiendo somos nosotros, como especie. Vivimos un momento crítico cuando la humanidad se juega su futuro y su existencia. Si no se hace algo relevante para detener el calentamiento es por razones puramente económicas. Mientras el petróleo siga siendo una fuente inaudita de riqueza no se prescindirá de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero continuarán elevando la temperatura. Se requiere un cambio de conducta que coloque la vida por arriba del dinero.
Tanto en el caso de las vacunas como en el del calentamiento global, lo que predomina es el egoísmo humano que se enfoca en sus propios intereses, descuidando los del prójimo. Los países ricos han comprado una cantidad excesiva de vacunas porque pueden pagarlas, pero a costa de dejar a los países de renta baja totalmente expuestos a la pandemia. Esa es una manifestación de egoísmo concentrado sobre la que la OMS continúa llamando la atención para que los países poderosos cedan sus lugares en las filas de compras a la iniciativa COVAX y a la Unión Africana. Es una propuesta de renuncia al egoísmo para procurar el bien común.
Tal como lo dice la placa que la UNAM colocó en el lugar donde una vez se ubicó el glaciar Ayoloco dirigido “A las generaciones futuras: Aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas los glaciares mexicanos desaparecerán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia de que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Solo ustedes sabrán si lo hicimos”.