El Nuevo Testamento frente al totalitarismo
Han transcurrido poco menos de 2000 años desde que se terminó de escribir el Nuevo Testamento. Quienes hoy lo leemos nos encontramos muy alejados en tiempo y en espacio del mundo romano en que se escribió; en consecuencia, pueden quedar ocultos muchos asuntos culturales que nos impiden comprender el poder de control que el imperio tenía sobre la vida de las personas. Por esta razón los teólogos se han interesado en saber si los escritores cristianos expresan de forma sutil o más abierta una crítica a la propaganda imperial y en qué medida.
Para lograr ese descubrimiento se hizo necesario enfocarse más activamente en el estudio de la política y la religión en el mundo romano del primer siglo. En la medida que el examen se acercaba a la cultura romana y se comparaba con el lenguaje y las ideas del Nuevo Testamento, quedaba muy claro que existían coincidencias que demandaban una explicación. Por ejemplo, ha llamado la atención de los eruditos los títulos que se atribuían a los emperadores. Augusto fue aclamado como «dios de dioses» en el primer siglo de nuestra era, es decir, el mismo período durante el cual se redactó buena parte del Nuevo Testamento. Domiciano tomó para sí el título de «señor y dios» y pocos años después se escribió el evangelio de Juan, el cual, atribuye a Jesús el título de «Señor y Dios míos» (Juan 20:28).
En las monedas romanas era común que los emperadores llevaran el título de «divi filius»: «hijo de dios». Pero más común era el título honorífico de «señor», lo que aporta nuevo sentido a la afirmación de Pablo: «Para nosotros, sin embargo, sólo hay un… Señor, Jesucristo» (1 Corintios 8:6). Si tales títulos eran parte de la realidad política del mundo romano resulta significativo que los cristianos atribuyeran los mismos títulos a Jesús. Queda poco margen de duda de que se trataba de declaraciones políticas expresadas a través de estos títulos cuidadosamente seleccionados y otorgados en exclusiva a Jesús. Esta comprensión cuestiona y desafía la tendencia tradicional de separar la vida espiritual de la acción social. Los primeros cristianos veían la evangelización y la insubordinación política como elementos complementarios y necesarios. No podía haber evangelismo sin acción política ni acción política sin evangelismo.
El mismo término «evangelio», que es uno de los conceptos teológicos más importantes del Nuevo Testamento, no fue una invención cristiana, sino que tenía vigencia como término político de la propaganda romana. La inscripción de Priene, que es un calendario que data del año 9 de la Era Cristiana, se refiere al cumpleaños del emperador Octavio como «el comienzo de las buenas noticias (evangelio)». Llama la atención la coincidencia de la frase con la apertura del evangelio de Marcos: «comienzo del evangelio de Jesucristo» (Marcos 1:1). ¿Era una mera coincidencia que los autores cristianos mencionaran la persona y el mensaje de Jesús como el «comienzo del evangelio», mientras políticamente la propaganda romana reconocía el reinado del emperador como el «comienzo del evangelio»?
Lo mismo ocurre con el término «salvador» (del griego sóter). Tanto Julio César como Augusto recibieron el título de «salvador y benefactor», lo cual hacía alusión a su liderazgo político. Es por demás sabido que los cristianos atribuyeron empecinadamente a Jesús el mismo título de «sóter», al punto de que «Salvador» se ha convertido en nombre propio del Crucificado. La insistencia en atribuir ese título de manera exclusiva a Jesús ¿no era una abierta oposición a la propaganda imperial?
Los emperadores prometían «paz», pero Jesús también prometió «paz… no… como el mundo la da» (Juan 14:27). Uno de los lemas de la publicidad romana era la expresión «paz y seguridad» (en latín: «pax et securitas»), pero Pablo advierte abiertamente a los creyentes que no se deben dejar seducir por las promesas de «paz y seguridad» (1 Tesalonicenses 5:3). ¿Se trataba de contrastar el engaño de la paz romana con la verdadera paz que solo el mensaje de Jesús podía garantizar? ¿No suponía eso un esfuerzo por distanciar a los creyentes de la manipulación de sus conciencias? Tener en cuenta el contexto político romano es vital para comprender el mensaje que el Nuevo Testamento tiene para nosotros con relación a nuestra fe y práctica cristiana.
En tres cosas conocibles por todos, se puede ver el dominio que los gobiernos pretender reclamar y exigir de todo un pueblo. Tres cosas que se manifiestan en el quehacer humano:
Primero El uso un título reconocible
Segundo El uso de la moneda mundial
Y tres El uso del anuncio dominante
En el primer punto, a través de la historia el uso de un título martilla las conciencias de los simples, por muy elevado que se considere el hombre o la cultura de una nación. Siempre los imperios, reinos del mundo, gobiernos y hasta empresas utilizan Un Nombre o Un Título que tiende a reducir la crítica, minimizan el pensamiento reflexivo y la verdadera interpretación de las cosas, detiene el progreso social, y sobretodo la tendencia es dominar las mentes de las grandes mayorías, dejandolos embaucados en un solo pensamiento: el imperio mundial, su nombre, su permanencia. Usan de un título para dominar con las artimañas del error, para falsear el derecho, para pisotear a los muchos y repartir en unos pocos o un clan específico. El título no es el resultado de años de vocación o dedicación por el progreso social. Simplemente el Título o nombre que se adjudican es para mantener una estructura totalitaria, dominante, y para opacar cualquier otro contrincante u opositor. Debemos entender que el cristiano padecerá siempre persecución por mantener una oposición abierta contra una estructura totalitaria lejos de Dios. ¿Por qué razón hay persecución? Bueno el mundo ama al mismo mundo con todos sus deseos, apetitos, orgullos, maldades e iniquidades e idolatrías. En el mundo es un mar de pasiones, violencias, codicias y envidias. Nadie ama de verdad pues todos aman su mundo, su yo, su dios, su locura y sus intereses. Y surge el nombre o Título para idiotizarlos en un solo hombre corrupto y soberbio contra El Dios Verdadero. Dicen perseguir un fin : paz y seguridad pero su fin es muerte, Dicen amar, pero su amor es cada vez alejarse de Dios y su poderosa Palabra viviente. No hay reverencia ni honra al Creador y Señor. No reconocen depender de Dios. Todo es un brutal esfuerzo del hombre y su vanagloria. Cabalmente dice la Escritura: El 666 es el superhombre, es el título del superdominio humano sin Dios. Cada día tienden a alejarse de Dios y su Verdad. Dejan ese señorío de Cristo como Señor y Dios para rendirle culto a una bestia: seis seis seis. Ap13:17 Y nadie podía comprar ni vender nada sin tener esa marca, que era el nombre de la bestia o bien el número que representa su nombre. 18 Aquí se requiere sabiduría. El que tenga entendimiento, que resuelva el significado del número de la bestia, porque es el número de un hombre. Su número es 666.
2Ts 2: 3 No se dejen engañar por lo que dicen.
Esta es una advertencia que Dios Padre para estar firmes en nuestro Señor de señores, para amar a Cristo el Hijo de Dios, a mantener firme nuestra fe, peleando la buena batalla de la fe y no doblegarnos antes propuestas y engaños, y mentiras de gobiernos tiranos, totalitarios y destructivos del mismo ser humano a fin de elevar al superhombre que se opone al Dios verdadero.
2Ts 2: 3, 4 No se dejen engañar por lo que dicen. Pues aquel día no vendrá hasta que haya una gran rebelión contra Dios y se dé a conocer el hombre de anarquía, aquel que trae destrucción. 4 Se exaltará a sí mismo..
Antes bien de Cristo hemos recibido El bien, la vida eterna, el perdón de nuestros pecado por su sangre Bendita, hemos recibido el milagro más grande vida nueva y eterna por medio de la fe en su muerte y resurrección. Ahora bien, si aparece un diablo que venga con nombre nuevo en las redes y medios es inadmisible. No somos del montón que se pierden para seguir un hombre con imagen de benefactor. Somos el pueblo del Señor comprados por precio de sangre. Hemos renunciado a todo lo oculto y vergonzoso de gobiernos sin Dios. A Dios Padre y a su Hijo que está a su Diestra sea la Gloria y la Honra.
Lo segundo es algo visible, tangible, de uso común y que el mundo utiliza para realizar sus transacciones: la moneda. Una forma de establecer un vínculo de poder totalitario el uso de la moneda. Hay una lucha en el mundo por ver qué moneda dominará el final de los tiempos. Las transacciones y transferencias son necesarias, pero el uso de la moneda para exaltar a un hombre dándole título de dios, señor o poder total es absolutismo y grave situación destructiva en el mundo. Ya que No se respetan derechos ni condición humana, ni mucho menos la Palabra de Dios. Así el hombre inicuo reclama para sí adoración y veneración, la brutal exaltación humana que inició desde el principio: desligarse de Dios. Solo veamos el origen de la moneda y preguntémonos que beneficios trae su uso. Su nombre en lenguas romances proviene del latín moneta, debido a que la casa en donde se acuñaban en Roma estaba anexa al templo de Juno Moneta, diosa de la Memoria, encontrándose esta actividad bajo su protección. Ahora el uso es:
Medida de valor de las cosas.
Instrumento de adquisición directa,
Instrumento de liberación de deudas,
Medio de atesoramiento de riquezas.
Pero el propósito en la moneda es la adoración a un dios o una diosa, a un sistema económico mundial. Conduciendo al hombre a una falsa salida a su crisis. Una tarjeta, un código, un criptoactivo, una esclavizante economía de deudas. La exaltación del mismo hombre es quebrantar el primer mandamiento de Dios: Amar a Dios sobre todas las cosas.
Cristo le dijo a los hombres: Lucas 20:25 Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
¿Que les quizo decir? Al señalarles la imagen y la inscripción les mostró que estaban esclavizados al poder gentil ( César ) y preocupados por los intereses del imperio Romano, pero alejados de Dios. Estaban tan lejos de darle a Dios lo que es de Dios. No había un acto de rendición de cuentas ante Dios. Ese es el problema del hombre usar los medios para fines como cosas, riquezas, adquisición o obediencia extrema a un nombre o a un sistema inicuo que se opone a Dios. Lo primero es amar a Dios y no lo cumplían, ya que amaban más los intereses de una superestructura. ¿A quién servimos con la plata o la moneda? ¿Para quien invertimos? La moneda no es el mal sino cual es su uso, fin último o interés? ¿A quien honramos con el oropel del mundo?
Dios nos dice: Ap 3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Mateo 6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
La palabra de Dios dice: Prov. 3:9 Honra al Señor con tus bienes.
Y el tercer punto es el uso de un anuncio. Esto no es más que el contenido. Para nosotros es El Evangelio, las buenas nuevas es el mensaje central que se anuncia que es la fe en la muerte y resurrección Cristo. Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. En el mundo los gobiernos, las empresas, entidades utiliza la publicación de contenido que tiende a vender una imagen, una marca, una idea o término que evoca un nombre, un dominio, un poder meramente humano. Así por años se ha usado frases y contenidos de carácter político para someter pueblos enteros y seguir sometiendo al mismo hombre a las órdenes de un imperio, rey o señor. La propaganda es sutil y engañosa, puesto que sus propuestas son aparentes y ejercen influencias sobre multitudes, sometiendolas con el uso de un nombre, imagen o código. Hacen uso de todos los medios posibles y a través de mentiras y artimañas, ocultan información de sus debilidades, cuitas y fragilidad. Siempre dicen lo grande, lo bonito y atractivo. Anuncian un país o nación de maravillas, anuncian progreso y diversión, anuncian paz y seguridad, pero son millones hundidos en el cieno del pecado, sin redención alguna, sin salida a los problemas de la droga y hambre. Pero no te dicen que eres un esclavo, un simple títere en sus manos, un deudor del César y un deudor a la supraestructura.
La historia presenta el intento coordinado del Partido Nazi para influir en la opinión pública, haciendo uso del empleo de la propaganda en los medios de comunicación. La propaganda sirvió para mantener el poder de Adolf Hitler, y del gobierno Nazi hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El cine, la televisión y la radio fueron utilizadas como herramienta de propaganda. Ganaron las voluntades de muchos seguidores simples sin conocer a fondo la locura mundial de un hombre o sistema cargado de atrocidad bestial contra millones de personas. Lo que ven los hombres es su propio reino y dominio, pero nunca se someten al Reino de los cielos. El Reino de Cristo que ya fue determinado y definido por el Padre Eterno. Salmos 2:12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
Apocalipsis 21:24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
El Reino de los cielos se ha acercado, creed al Evangelio. Esto es nuestro mensaje y no hay más. Gálatas 1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Adal R
1oct2023