La imbatibilidad de la verdad
La verdad es la relación consecuente entre lo que se afirma y la realidad objetiva. Dentro del rango de sus significados incluye objetividad, validez, fidelidad, solidez y confiabilidad. La verdad expresa el estado genuino de un asunto en oposición a uno falso. En ese punto es donde reside la debilidad de la mentira. Entre la deshonestidad en lo que se dice y la realidad objetiva el discurso lleva las de perder, pues lo objetivo es lo que es y no puede ser alterado por las palabras. Una persona solo puede ser honesta con la realidad o, de otra manera, chocará con ella.
Cuando una persona habla la verdad se coloca en acuerdo con los hechos y la realidad. Por el contrario, cuando la tergiversa, se revela contra toda evidencia mostrando estar equivocada o mintiendo. Afirmar lo falso por desconocimiento o por error es ignorancia, pero hacerlo con el fin de alterar los hechos implica malignidad. La intención premeditada de engañar o manipular a los demás adquiere una dimensión ética negativa. Esa es la razón por la que Jesús tildó a los mentirosos de ser un engendro de Satanás: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira» (Juan 8:44).
La expresión de la mentira en los dirigentes religiosos no solo se manifestaba en pronunciar palabras deshonestas sino también en rechazar las afirmaciones ciertas de Jesús. «Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis» (v. 45). La verdad de Jesús quedó demostrada cuando los hechos en torno a su persona evidenciaron coherencia con sus discursos. Por el contrario, las palabras de los religiosos se mostraron inconsistentes con la realidad. La verdad es invencible porque lo objetivo siempre la demuestra. Es solo cuestión de tiempo para que los discursos demuestren su verdadera naturaleza. La verdad puede ser suprimida y aplastada, pero se levantará de nuevo.
Cuando una persona es honesta y expresa lo que está apegado a la realidad objetiva, es rechazada y vilipendiada por aquellos que tienen el propósito expreso de engañar y manipular a los incautos. Pero el desplazamiento de las narrativas con relación a la realidad solo puede ser temporal. La mentira, por su propia naturaleza, no puede vivir para siempre. Requiere de mucho esfuerzo el que las personas no perciban la realidad y, aun cuando ese esfuerzo se sostenga, terminará por agotarse. Entonces los demás descubrirán que las cosas no fueron las que se les dijeron y, para eso, allí estará lo objetivo, lo seguro, dando fe sobre quién mintió y sobre quién dijo la verdad. La última palabra se encuentra en la realidad, esa es la verdad.
Son las personas honestas las que, llegado ese momento, aceptan el engaño del que fueron víctimas y reaccionan enmendando sus errores. Si en su irreflexión llegaron al extremo de ofender y atacar a quienes siempre les dijeron la verdad, pasan a disculparse y a ser más prudentes en el futuro. La verdad nunca daña una causa que es justa, de manera que si necesita recurrir a la mentira es porque se trata de una canallada. La historia humana muestra que el camino de la verdad siempre ha vencido. El arco del universo moral es largo, pero se inclina siempre hacia la verdad. Ha habido mentirosos, manipuladores, tiranos y corruptos que por un tiempo parecieron invencibles, pero al final, siempre cayeron derrotados. Siempre, sin excepciones. Es la imbatibilidad de la verdad.
Para asegurar ubicarse del lado correcto de la historia tan solo hay que sostener la verdad, aquello que coincide con la realidad objetiva. Hay que escuchar mucho, comparar, contrastar, despojarse de todo sensacionalismo, buscar los elementos objetivos de cada razón, de cada afirmación. Haciéndolo así no se sufrirán daños, pues la verdad es el principio fundamental de todo. Se debe cultivar la altura moral que corresponde a las personas honradas, aquellas que, aunque en detrimento propio, siempre optan por lo cierto. Lograr tal altura no es fácil y tampoco cómodo, pero es la única garantía de integridad.
Cristo nuestra Verdad, Vida y camino Eterno
El hecho trascendental del Evangelio del Reino radica en la Persona de Jesucristo. El Señor concede a todo creyente la seguridad Eterna, vida abundante interminable. 2 Timoteo 1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. Y en el Apóstol Juan duce: 1 Juan 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
El Evangelio del Reino es el plan de Dios para salvación y vida eterna a favor de los hombres. Es el plan de la verdad. Es el plan de luz, Juan 1:5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. En este texto se hace referencia que la Verdad prevalece ante la oscuridad o mentira. Ahora bien, la condición humana en todas las épocas es de tinieblas y mentiras. Entre religiosos o impíos, sabios e indoctos, rico o pobre, no hay ni uno que entienda. Romanos 3:11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.
Juan 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Ya que en el mundo impera la mentira y el pecado y como consecuencia la muerte. Dios nos da la seguridad por medio de las Buenas Nuevas de luz y el efecto es poderoso e insuperable para disipar toda oscuridad y engaño. Es Cristo la Roca Eterna, la luz para los hombres. El fundamento verdadero ha sido puesto en los cielos y en la tierra: Jesucristo. Juan 1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Pero un enemigo ha puso desde el mentira y orgullo en los hombres, y ese mal ha dominado imperios, gobiernos, militares, la sociedad entera y sus distintas esferas. Era pues necesario Vencer el pecado, la maldad deberá ser echada fuera, es urgente cambiarlo todo. Pasar de la mentira a la Verdad. El Señor es la luz, Es la verdad del Reino de los cielos, y su voz permanece por siempre en el cielo, en la tierra y en toda la Creación cuando dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mi. Es algo maravilloso y Majestuoso oír esta Palabra en labios de Nuestro Salvador. Porque no hay más a donde ir, no hay más qué esperar, no hay más para la vida de los hombres como para toda la Creación. Cristo es la Respuesta ante la mentira y muerte en los hombres. Reconocer que Cristo es la Verdad, que El es nuestro todo en quien podemos confiar, Es lo mejor que podemos recibir por medio de la fe. El Señor abrió el camino por medio de su muerte y confirmó esa obra en la Resurrección dándonos vida eterna y abundante.
Ahora bien, La integridad del Hijo de Dios es evidente en su mensaje, en sus hechos y en su carácter personal. El Verbo de Dios se hizo Carne y hábito entre nosotros. Él es la Verdad, y toda su obra en este mundo ha sido sellada con su propia sangre preciosa. No hay oro o plata, no hay rubíes o diamantes que superen a Cristo y su sangre. Bendito sea por todos los siglos que sufrió por ti por mí. ¿Quien más? ¿Quien podrá dar verdad?
¿Quien más podrá limpiar mi pecado?
La falsedad de todo mi ser
La mentira intrínseca en el ser
Sólo Cristo en mí para vencer
Bendita sangre preciosa
Que limpia todo mi ser.
Esta es la Verdad y la realidad de toda la creación. La unica obra perfecta a favor de una realidad bajo esclavitud. Y Cristo apareció para deshacer la mentira y toda falsedad en la humanidad, apareció Cristo para destruir las obras de Satanás. Lleno de Verdad y Justicia aprobado por el Padre, todo su mensaje es Verdadero. Y se entregó de una vez para siempre. Todo en El es Verdad que nadie puede superar. Y hoy por medio de la fe estamos en el Padre, en el Hijo y recibimos su Espíritu que mora en nosotros. La naturaleza de Dios es perfección. Y el llamado de Cristo a todo creyente es: sed perfectos. Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Nadie debe extrañarse ante ese llamado. Ni debemos omitir el camino a la perfección, que no es más que el camino de la santidad. Conscientes que, Dios hace su obra perfecta en nosotros. Filipenses 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Salmos 18:30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra del Señor; Escudo es a todos los que en él esperan.
De todo esta lluvia de pensamientos podemos inferir sin ningún esfuerzo, simplemente por la Gracia de Dios y la presencia de su Espíritu lo siguiente:
Dios es perfecto, Él es el Dios Verdadero, nadie se engañe tras la mentira y la mala intención de filosofías y huecas sutilezas. Nadie vaya buscando otra fuente o cisternas rotas en las redes sociales, que no retienen agua. He aquí, La Verdad insuperable, absoluta y poderosa. Cristo Jesús: Su Santo Nombre que nos libera, que nos da vida, que hace todas las cosas nuevas, nos fortalece para vencer el miedo. Somos más que vencedores. Si la Verdad está en nosotros quien podrá vencernos.
La Verdad es insuperable por las potencias, por los pensamientos humanos, por los sistemas filosóficos. La verdad es la Palabra de Dios, es el Verbo de Dios manifestado al mundo y predicado. Y nuestra condición humana ha recibido ese impacto interno desde que creímos y que se extiende por todo el universo, la creación misma ha experimentado ese cambio. De modo que, ese cambio sigue la dirección perfecta del Reino de los cielos.
Viene el día pleno
Viene lo mejor y poderoso
Y los cielos se partirán
Lo insuperable será visto en Cristo
Y toda rodilla se doblará ante Él
Bendito sea mi Señor.
Adal R
5agosto2024
Corrección del siguiente párrafo debe de decir:
Pero un enemigo puso la mentira y orgullo en los hombres, y ese mal ha dominado imperios, gobiernos, militares, la sociedad entera y sus distintas esferas.
Adal R