La Isla Conejo y la prevención de la violencia

Se trata de un islote de medio kilómetro cuadrado, deshabitado, sin importancia comercial, sin interés turístico e improductivo. Su único valor es que otorga una pequeña ventaja táctica de carácter militar en razón de su ubicación privilegiada. La mayor parte de hondureños y salvadoreños se enteraron de su existencia a partir de las noticias por la disputa de su pertenencia entre sus respectivos gobiernos.Todo lo demás responde al sentido simbólico que algunas veces adquieren los temas de la soberanía y los nacionalismos. Por razones de la dinámica política interna, el actual presidente hondureño ha tomado el tema de la isla Conejo de manera que ha enardecido los ánimos nacionalistas.

Si el valor de la isla es fundamentalmente táctico, su disputa responde al afán de obtener una ventaja militar sobre los vecinos del golfo. Quien logre hacerse con el derecho sobre el islote habrá logrado una posición interesante con respecto a los otros dos países. Se trasluce, entonces, que en el fondo de la controversia se encuentra la lógica de la tesis del escritor romano Vegecio: Si vis pacem, para bellum. “Si quieres la paz, prepara la guerra”. Siguiendo esa tesis fue que la administración Bush, después del 11 de septiembre, condujo a los Estados Unidos a invertir cantidades difícilmente imaginables en armamentos. Pero, no solamente hubo un súper armamentismo en las fuerzas militares sino que la política también causó un impacto en el comportamiento ciudadano. Las personas asimilaron la lógica y comenzaron a adquirir armas de fuego para defender su “paz”. Como resultado de ello y tomando, por ejemplo, el año 2011, en los Estados Unidos murieron 32,163 personas por delitos relacionados con armas. Más del doble del total de víctimas como consecuencia de actos terroristas en todo el planeta.

Después de más de diez años de seguir la lógica de preparar la guerra para obtener la paz, ahora vivimos en un planeta con más guerras, más violento, más armado y con más víctimas inocentes. Quien se prepara para la confrontación, tarde o temprano hará uso indebido de su armamento. Por esa razón es que las Naciones Unidas recomiendan: “Si quieres la paz, construye la paz”. Esta recomendación toma mayor sentido en países como Honduras y El Salvador donde lo que menos necesitamos son más demostraciones de amenazas y agresividad. Los gobernantes pueden estar plenamente seguros que sus conductas modelan mucho más de lo que imaginan los comportamientos de los ciudadanos. Si los respectivos gobiernos pudiesen dar un ejemplo de respeto, diálogo y acuerdo, las juventudes salvadoreña y hondureña tendrían un modelo de solución madura a un conflicto en lugar de otra muestra más de ventajismo e imposición.

Dado que ambos gobiernos han manifestado su voluntad de dejar en manos de la Corte Internacional de Justicia la dilucidación del caso, lo cual, tomará considerable tiempo, el islote bien podría ser manejado como parte integral de un área de paz acordada para todo el Golfo de Fonseca. Eso se lograría con un gesto de buena voluntad que consistiría en el compromiso de los tres países de abstenerse de ocupar el islote hasta que se tenga una sentencia en firme. Para entonces, los mensajes de odio que ya circulan en las redes sociales habrían desaparecido y el islote se habría convertido en una buena oportunidad para fomentar la cultura de paz.

Comments
One Response to “La Isla Conejo y la prevención de la violencia”
  1. Giovanni Adan Batres Mejía dice:

    Completamente de acuerdo, que Cristo Jesús de sabiduría a los gobiernos de ambos países; y tambien a los habitantes.

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